En el vagón de Metro, un rapero. Siempre son los que más gratamente me sorprenden, aunque su estilo ya no sea el mío. Su manera respetuosa de casi pedir perdón por su música, el arte afectado pero correcto con el que escogía cada palabra, su simpatía, me habrían hecho darle unos eurillos si no fuera porque, para cuando comenzó a cantar, estábamos a punto de llegar a mi transbordo. Espero encontrarlo en otra ocasión.
(16/3/14, 20:45)
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