Repasando archivos antiguos. Ha sido mi pasatiempo esta semana, un pasatiempo un poco extraño, por lo inútil. Reencuentro aquellas creaciones de las que estuve orgulloso y que hoy son simplemente correctas. Encuentro los errores del pasado, como los cientos de faltas de otrografía —tildes sobrantes de mi avengraf, a la vez que el léxco impecable —¡imposible llegar hoy a esas alturas!— de alguno de mis cuentos. ¿La trama? La trama vacía, como siempre, pues nunca he conocido a fondo el corazón humano.
(16/3/14, 20.55)
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