martes, 3 de mayo de 2005

Cuando para entrar en un país hay que haberlo visitado.

Siempre me ha llamado la atención el hecho de que las autoridades aduaneras de los países civilizados exijan a los turistas el conocimiento previo del país que van a visitar. Es cierto, sin duda, que el "turismo antes del turismo" efectuado por quienes se documentan con guías, mapas, páginas de internet e incluso novelas de viaje, proporciona una cierta excitación previa al viaje (y por ello se recomienda este "viaje antes del viaje", en forma de "proyectos" en el caso de excursiones escolares [larga disertación sobre el tema omitida tras cuelgue previo de blogger sin posibilidad de "recover post"]). Sin embargo, también proporciona satisfacciones el viaje no organizado, "a la aventura".

Voy a pensar en mis dos viajes a Portugal. Este verano visité Coimbra y Lisboa, sin más organización que un mapa de carreteras, dos mapas de las ciudades a visitar (uno de ellos obtenido a través de internet y procesado mediante el viejo método de "imprimir y pegar") y sin más conocimiento de las ciudades a visitar que las siguientes ideas previas:
  • Lisboa es la capital de Portugal (y Dakar la de Senegal, no te jode)

  • En Lisboa hay tranvías (y en San Francisco también)

  • Hay una antigua universidad en Coimbra (y otra en Bolonia, y otra en Oxford, y...)


Afortunadamente, como soy ciudadano de Schengen (ese extraño y difuso país que se extiende entre Alemania y Portugal, y coincide más o menos con la Unión Europea), no pusieron pegas a mi entrada en el país.

En invierno, aprovechando un viaje a Extremadura, visité Évora. Sobre esta ciudad sabía todavía menos que sobre las otras dos (si bien un amiguete tenía fotocopias de planos obtenidos en una biblioteca pública). Además, no llevaba reserva de ningún tipo. Nadie puso objeción alguna al viaje.

Lo mismo, supongo, que Eduardo Saúl G. B., que llegó a Barajas el 4 de abril de 2000. Era americano(*), así que supongo que, como Jeff Bush, estaría convencido de que España era una república situada en algún país junto a México. Sin embargo, Saúl no había nacido en la América poderosa que se extiende al norte del Río Grande y al sur de los Grandes Lagos (todo tan grande como la gran Texas), sino en el remoto Ecuador. Los policías le pidieron su reserva, y les enseñó un voucher que resultó no haber sido confirmado. A continuación, le preguntaron datos sobre Madrid y, claro, no les dijo que aquí se corrían los Sanfermines porque no había leído a Hemingway. Inmediatamente, se le denegó la entrada al país.

Alguien, sin embargo, decidió poner un recurso contencioso-administrativo para protestar contra esa decisión. Y, fíjense, el Tribunal supremo, ha venido a decir algo que coincide con lo que era mi opinión:

"No puede considerarse inusual o anormal un viaje de turismo carente de programación, en el que los lugares sucesivos a visitar y de hospedaje queden al albur de las informaciones que ya dentro del país puedan obtenerse".


En caso contrario, ¿cómo explicar que numerosos municipios y comunidades españolas posean oficinas de información turística en su interior? ¿Para qué la posibilidad de obtener información turística de Madrid llamando a números como el 010, que funcionan sólo desde la misma ciudad? ¿Por qué promocionar la candidatura olímpica de Madrid en Madrid? y un largo etcétera.

Mis felicitaciones a Rafael Fernández Valverde, ponente de esta sentencia. Ha demostrado que hay vida inteligente en la administración de justicia.

Via El Mundo, Martes 3 de Mayo de 2005 (papel)
Medio digital alternativo: La Razón (via Google News)




(*) Recuerden que América no es un país, sino un continente. (Volver)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No te falta razón en muchas cosas que dices y desde luego estoy de acuerdo con la sentencia del Tribunal. Pero también te digo, en mensaje cifrado, que es muy posible que muchos hayan hecho un viaje sin preparar a Portugal (por cierto que para no saber has elegido los sitios más agradables), a Alemania o a la República Checa pero seguro que el número se reduce si tienes que coger un avión a un país tan lejano de donde no puedes salir tan fácilmente en coche...Hay muchas variantes y algunas quedan reducidas al mínimo en determinadas ocasiones. Eso por supuesto no justifica el arresto de este hombre, pero dada la gente que me he encontrado en aduanas puede pasar de todo.

Anónimo dijo...

No te falta razón en muchas cosas que dices y desde luego estoy de acuerdo con la sentencia del Tribunal. Pero también te digo, en mensaje cifrado, que es muy posible que muchos hayan hecho un viaje sin preparar a Portugal (por cierto que para no saber has elegido los sitios más agradables), a Alemania o a la República Checa pero seguro que el número se reduce si tienes que coger un avión a un país tan lejano de donde no puedes salir tan fácilmente en coche...Hay muchas variantes y algunas quedan reducidas al mínimo en determinadas ocasiones. Eso por supuesto no justifica el arresto de este hombre, pero dada la gente que me he encontrado en aduanas puede pasar de todo.