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Hoy creo de nuevo que el hombre sólo hace el bien cuando el látigo y la pistola le obligan, que el hombre es malo por naturaleza y la sociedad le enseña a ser peor (maravillosa conjunción de Rousseau y Locke).
Con esto quiero decir que hoy no tengo ninguno de esos sentimientos que hacen del demócrata una buena persona. No, hoy desconfío del ser humano por el simple hecho de serlo, y ruego a Dios que nos envíe catástrofes. Lo lamento, hoy sólo siento ODIO.
(Mañana quizá vuelva a sentir amor.)
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