Una profesora del instituto en que trabajo ha organizado una velada teatral para sus alumnos de 2.º de Bachillerato (17-18 años), y otros tres profesores nos hemos acoplado al plan, que consistía en asistir a la representación del monólogo "Cinco Horas con Mario" y tratar de hablar con la actriz que lo interpreta, Lola Herrera, a la salida.
La obra, adaptación de la novela de Miguel Delibes, tiene una intensidad dramática elevadísima; intensidad que la directora ha dosificado sabiamente mediante movimientos escénicos de la actriz que sirven de relajación al espectador. Y la actriz borda el papel: logra transmitir al espectador todas esas frustraciones y esos complejos de una mujer que nunca ha comprendido a su marido y que, [SPOILER: use ROTL13 para leerlo] ra ry úygvzb zbzragb, yr un snyynqb [Fin del SPOILER].
A la salida del teatro, nos llevamos una sorpresa cuando nos dijeron que ¡Lola había accedido a dedicarnos unos minutos! Después de una representación tan intensa, no esperábamos que tuviera fuerzas para hacerlo, la verdad. Los alumnos se interesaron por la labor de los actores, por esa capacidad de reflejar los sentimientos. "En efecto, trabajamos con sentimientos, es nuestra materia prima", asintió la actriz. Tras ello, animó a los alumnos a acudir al teatro, porque en él la representación está viva, y no "enlatada", como en el cine o la TV (a muchos les sonará Lola por su papel de directora de la escuela en la serie "Un Paso Adelante"). Lo mejor de todo: ¡permitió que le hicieran una foto entre los alumnos! Eso es una estrella de verdad.
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