Cuán fascinado está todo el mundo con los coches autónomos... Sin embargo, entre tanto elogio no ven peligros o avisos.
El coche autónomo depende del 5G, cuyas transmisiones de alta velocidad en pruebas han abarcado un único cliente conectado a un único host. Pero cuando el 50% del parque automovilístico sean coches autónomos, ¿no se formarán grandes atascos debido al colapso de datos generado por millones de automóviles tratando de enviar gigas y más gigas de datos en el mismo momento, por más "cinco ge" que haya?
Se apoya esta tecnología, como la de los drones, por la enorme creación de empleo gracias a la cual se eliminarán miles de puestos de trabajo actuales. Serán innecesarios taxistas y camioneros, y nuestros fracasados escolares trabajarán, a cambio, como asociados con contrato mercantil, programando drones o supervisando decenas de vehículos a la vez en un cubículo inmundo y barato. El cielo económico unido a la seguridad que proporciona el buen hermano mayor que vigila las carreteras. Pero, ¿no tiene miedo el gobierno de que se aproveche esa misma tecnología para hacer bombas autónomas que circulen por carretera?
Del mismo modo que la tecnología de drones ha puesto las "bombas inteligentes" y los "atentados quirúrgicos" (afortunadamente, esto es un fake, pero seguro que ya se puede fabricar) no solo en manos de gobiernos como el estadounidense, sino en las de cualquier mindundi con dinero (y los narcoterroristas tienen mucho), ¿no corremos el mismo riesgo con la tecnología del vehículo autónomo?
Muchos hablan de aplicar las "tres leyes de la robótica" a los vehículos autónomos. Pero, de una parte, ya hay compañías que comercializan robots diseñados para matar (a los que no creo que deseen implantar sino, en cualquier caso, la "ley cero") y, de otra, aplicar las tres leyes requiere de un análisis de intencionalidad y consecuencias por parte del robot que está muy alejado de las posibilidades de la inteligencia artificial a día de hoy.
No olvidemos, además, que la IA no es imparcial ni objetiva. Está desequilibrada a favor de la cosmovisión de un sector de la población mundial: el sector de ingenieros estadounidenses. Podemos verlo fácilmente en las imágenes de recaptcha, donde se obliga al usuario a elegir "señales de tráfico" en imágenes en que no hay señales sino carteles, y donde las señales horizontales no son consideradas "señales" (pues estas se nombran con distinto sustantivo que aquellas en inglés). Llevando esto al mundo del automóvil, ¿se ha tenido en cuenta los patrones reales de circulación de cada país? (por ejemplo, las vías urbanas sin acera, o las manzanas sin paso de peatones tan frecuentes en España).
Personalmente, creo que la sociedad es muy optimista e incorporará esta tecnología antes de que estemos preparados para ella, y que, como ha sucedido con patinetes y otros vehículos autopropulsados de baja velocidad, lo hará por las bravas, sin tomar medidas para paliar su impacto negativo. Ya estoy pensando en ejércitos de nengs y chonis tripulando ostentosos vehículos autónomos pirateados para alterar sus límites de velocidad: aparte dos o tres ricachos, son quienes antes adoptan las nuevas tecnologías... ¡Que nos pille confesados!
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