martes, 14 de junio de 2005

Eutanasias y otros

Supongan que alguien escriba la siguiente solicitud:
D. Fulanito Perengánez, alumno de 3º de la ESO en el Instituto ...
EXPONE:
Que en el citado centro se mezclan las enseñanzas con horribles valores, como la igualdad de hombres y mujeres o el consumo responsable, y que ha llegado a sus oídos que tal situación es habitual en todos los centros educativos.
Que, en cambio, no se enseñan a los alumnos las habilidades básicas para triunfar en la vida, que por lo que él tiene entendido son la falta de escrúpulos y el cuidado del aspecto físico, sino solamente materias inútiles como las matemáticas y la lengua.
Que no está dispuesto a hacer el más mínimo esfuerzo por asimilar conocimientos absolutamente innecesarios para hacer carrera en el mundo del espectáculo.
Que está malgastando su juventud en las aulas, cuando podría estar cortejando a Menganita Zutánez en un parque público.

SOLICITA:
Ser eximido del sistema educativo bajo la figura de objetor escolar.

¿No consideran que sería una solicitud absurda? Pues bien, dicha solicitud (obviamente a través de un medio y registro menos formal) me llega todos los días. Y sin embargo, nadie le da curso. ¿Por qué? Porque la sociedad estima que el bien que se puede obtener educando a alguien es superior al mal que se causa educando en valores morales a quien (justificablemente, a lo que vemos cada día) los rechaza.

Pues bien: considero que ocurre algo parecido en la eutanasia. La vida del enfermo es SU vida, pero no sólo SU vida. Es una parte del entramado social. Por eso no se puede aplicar alegremente la eutanasia activa, por más que el individuo haya manifestado (¿por escrito? ¿oralmente? ¿a través de su conducta?) su deseo de ser eliminado.

En caso contrario, se la habría aplicado yo mismo a unos cuantos.

4 comentarios:

José Moya dijo...

Sí, puede ser. Mi post ha surgido de una intuición repentina: la vida de un individuo le pertenece a él, mientras que la muerte... la muerte pertenece a los que quedan detrás.

Anónimo dijo...

No sé si estoy de acuerdo, porque más de un alumno decide hacer eso sin rellenar papel alguno y difícil es luchar contra su voluntad. Puede ser que rescates a alguno pero los hay que siguen adelante y a veces llegan a convertirse en un problema social...precisamente porque están vivos. También más de uno se quita la vida él sólo, sin necesidad de nadie pero estas personas tampoco pueden hacer esto.
Creo que la eutanasia en más fácil de entender cuando de verdad se comparte el día a día y el sufrimiento de la persona que sufre y no de quien le limpia, porque también conozco a quien necesita tener a alguien vegetal al lado para sentir que su vida sirve para algo. Egoismo.
Creo que la eutanadia es una decisión personal, siempre que se esté cuerdo, y a nadie compete pedirle a otro que siga sufriendo porque forma parte del entramado social cuando lo que pretende es justamente salir de él y dejar de "molestar". Es muy fácil pedir eso cuando el sufrimiento lo lleva el otro 24 horas.
Eso sí, tampoco comulgo con un sí a todo el que dice eutanasia pero hay casos y casos...ciertamente. Siento un comentario tan largo, el tema daría para una discusión interesante junto a un café :)).
Besotes

Gloria dijo...

Supongo que a cualquier ser humano vivo le cuesta entender que alguien no quiera seguir viviendo, algo que cada día uno agradece a los dioxes. El suicidio (no lo voy a llamar eutanasia, porque me parece un eufemismo muy bonito diferenciar el "muero porque no muero" del "me mato sin más") es así de complejo, de cobarde y de valiente. Y, chocoadicta, ¿hasta que punto una persona sometida a un drama está cuerda? Creo que el gran problema de los que se suicidan es, en parte, losd que tienen alrededor que no han sabido/podido darle la esperanza que necesitaba. hay muchas personas con grandes dramas y no todos se matan. Por supuesto que cada uno es libre de hacer lo que quiera, pero me parece muy triste tener que dejar de vivir para ser feliz en la vida (¡paradoja!)

Anónimo dijo...

Releo lo que he escrito y creo que no he acabado de expresarme muy bien. Me cuesta reducir a un poco espacio tema tan complejo porque yo misma creo en muchas excepciones. Pero con toda la cordura que pueda tener ahora me gustaría firmar un papel donde pusiera que si me quedo tendida en una cama, sin poder moverme, sólo respirando y dependiendo de mi imaginación para mí (y esto es personal, no lo aplico a todo el mundo porque aquí cada uno piensa y siente como quiere) no es vida. Prefiero morir y donar mis órganos para otros que puedan aprovecharlos mejor. No es dejar de morir para ser feliz, es morir porque ya me sentiría muerta.
No alabo el suicidio ni menos como válvula de escape. Creo que nadie lo hace, pero hay circunstancias que me hacen pensar. Perder la cordura por el sufrimiento diario sería el colmo de la penitencia, no siento halago por el dolor ni soy tan católica como para pensar que el sufrimiento de aquí dará mejor vida a nadie allí...yo no soy capaz de decirle a nadie sufre lo inaguantable porque yo quiero...no puedo...