La araña itsi-bitsi subió la canaleta,
Pero vino la lluvia y la araña se cayó.
Luego salió el sol y secó la lluvia.
La araña itsi-bitsi de nuevo lo intentó.
Últimamente escucho muchas rimas infantiles y, por aquello de la globalización, es más frecuente que se trate de traducciones y no de canciones tradicionales españolas. Y la melodía simple de la araña itsi-bitsi (que suelo escuchar en las traducciones de Cocomellon o Little Baby Bum) es pegadiza.
Si no hubiera consultado la Wikipedia, parecería, por la letra, que la canción es moderna. En efecto, tras la resaca de esa interpretación folk del psicoanálisis que hizo a todo el mundo condenar la frustración, la corriente de la "inteligencia emocional" ha hecho proliferar como setas las canciones que animan a los niños a soportar y superar la frustración. Y esta es una de esas canciones, excepto en esa versión de 1909 en que los esfuerzos de la araña no son detenidos por un tiro.
Y eso me ha llevado a preguntarme por la frustración. ¿Es necesario o conveniente ser tolerante a ella o enfrentarse a ella con un ánimo de superación? Es cierto que el progreso humano proviene de la progresiva superación de dificultades, pero ¿no hay ciertas formas de frustración que son educativas, pues enseñan que hay caminos por los que es mejor no adentrarse sin estar preparado?
Es más, ¿existe la tolerancia a la frustración como algo abstracto, o existe, más bien, la tolerancia a frustraciones concretas? Me viene a la cabeza Pistorius, un ejemplo deportivo de superación, que, sin embargo quizá no quiso superar otras frustraciones vitales que lo convirtieron en asesino. O esos cantantes de ópera que, a pesar de estar acostumbrados a la exigencia de críticos y público, son incapaces de escuchar el "no" de una mujer que quieren llevarse a la cama.
¿Se puede desarrollar una tolerancia genérica a toda clase de frustración, o solo toleramos la frustración en aquellos aspectos en que creemos que es posible mejorar? Yo puedo seguir cambiando un script durante horas hasta que hace exactamente lo que quiero, aunque a cada ejecución me haya frustrado un irritante error. Sin embargo, no aguantaría tres minutos intentando aprender a golpear una pelota de tenis con la raqueta.
La araña itsi-bitsi, ¿habría gastado las mismas energías en aprender a bailar que en aprender a subir la canaleta? Y si lo hubiera hecho, ¿que la habría motivado a seguir intentándolo? Creo que ahí, más que en la "tolerancia a la frustración", es donde está la respuesta.
1 comentario:
En nuestro caminar por la vida nos encontramos con cantidad de adversidades y frustraciones ¿Qué sería de nosotros si no intentáramos superarlas?
Reconozco que lo ideal sería no ponernos metas inalcanzables, cada persona conoce bien sus aptitudes y también el empeño y la constancia pueden obrar milagros.
Lo que expones invita a pensar y reflexionar sobre ello.
Cariños.
Kasioles
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