Cuando llegue el ejército rojo
fusilaremos comerciales telefónicos,
saquearemos el hogar del esclavista,
vestiremos con su ropa a los modistos
por fin expuestos a pública vergüenza.
Cuando llegue el ejército rojo
liberaremos a los cerdos encerrados,
nos comeremos tu hígado trufado,
nos haremos zapatos con el gato.
Cuando llegue el ejército rojo
sacaremos lo peor de nosotros:
daremos rienda suelta a los instintos
y moriremos creyendo en la victoria.
Mientras tanto, agachada la cabeza,
llenamos la barriga,
balamos humildes
y rumiamos nuestro odio.
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