Entre los libros a elegir de estre trimestre había dos de Unamuno, y como soy un chico poco aplicado dejé su lectura para el final, de forma que (al igual que mis alumos) los he leído este fin de semana. Ahora que ya han hecho su examen, he dejado en mi página de Google Books una breve reseña de La tía Tula que podéis leer también bajo estas líneas.
La tía Tula es uno de los libros más leídos de Miguel de Unamuno, quizá más que "Niebla" o "San Manuel Bueno, Mártir", a pesar de que (o quizá gracias a que) los anteriores suelen ser lecturas ...
Más recomendadas en los planes de lectura. El propio Unamuno achacaba su éxito a la existencia de una legión de mujeres lectoras que se identificaban con la protagonista; en los tiempos actuales, sería más complicado atribuir su éxito a dicha circunstancia.
El tema es muy curioso: una mujer no duda en que sacrificar su sexualidad a cambio de criar los hijos de su hermana, a pesar de que tiene pretendientes en su juventud, y a pesar de que también se le ofrece la posibilidad de convertirse en esposa legítima del padre de sus sobrinos. Tula, movida por una extraña frigidez que es más bien rechazo al macho, se quedará soltera, pero, como ella dice, no "para vestir santos", sino para vestir niños.
Esta defensa de la mujer soltera es muy revolucionaria para su época, pero ha quedado muy anticuada hoy en día. ¿Qué mujer (o qué hombre) renunciaría a su vida de pareja a cambio de criar a unos niños que no serán sus herederos biológicos, aunque sean sus herederos espirituales? Sin embargo, el libro se puede leer aceptando la convención de ficcionalidad y situándose en el corazón de una mujer que realiza tan extraña elección. Eso nos permite leer la obra como una magistral pintura de personajes, aunque centrada (como casi siempre sucede en el catedrático de Salamanca) en un solo aspecto de la personalidad.
Y es curioso que, en mi caso, la lectura de este libro haya coincidido con la de "Cinco horas con Mario", otra descripción de la personalidad femenina, muy posterior, y trazada en dirección opuesta. Todo lo que hay de vitalidad en la obra del recientemente fallecido Delibes es aquí tipo, figura, o acción. Y, sin embargo, la mujer de Unamuno es mucho más vital que la del vallisoletano.
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