No amo, porque amar hace daño:
pero ¡cuánto me daño dejando de amar!
No amo, porque amor es engaño:
pero ¡cuánto me engaño queriendo no amar!
Odio al hombre, a la masa, al rebaño,
¡También soy rebaño yo mismo al odiar!
Despreciaba el mundo como un ermitaño:
ahora soy otro huraño al que despreciar.
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