jueves, 15 de julio de 2004

Un día extraño.

Un día extraño, y una de las cosas más extrañas es que hasta esta hora no me he conectado a internet ni he usado el ordenador para nada.
La causa de ello es que ayer estuve extendiendo mi frustración sobre el Linux hasta las 5:00 am. Creedme, con los Knoppix actuales no se puede hacer el tipo de chapucilla rápida que se podía hacer con una distribución live casera de slackware hace unos años.
El caso es que, después de acostarme a las 5:00 y levantarme a las 11:30, decidí dedicarme a la lectura, lo que hice hasta que noté que las reservas de Coca-Cola estaban agotadas. Tomé la heroica decisión de cruzar la calle para proveerme de unas Coca-Colas en la calle San Pedro, y tras volver a casa me puse a ver el final de la película El Padrino (que había comenzado a ver en otra ocasión) porque el libro que me estaba Leyendo (Erewhon, de Sam Butler, en edición de Abraxas) es soporífero, a lo que contribuye la traducción (que incluye palabras inusuales en español, como hesitación, préstamo evidente).
Llego al final de la película de El Padrino; dejo que corran los títulos de crédito para tener un punto de referencia para grabar la película siguiente y en ese momento se apagan el televisor y el video. ¿Tecnología ultramoderna? No: se había ido la luz.
En ese momento, oigo a mi madre gritar que se ha ido la luz en la escalera: me la encuentro saliendo del ascensor (gracias a Dios es fácil salir de uno de estos ascensores antiguos cuando se va la luz) y le digo que el problema de la luz afecta a toda la casa, para que lo comunique al portero. Después le sugiere ella que averigüe si hay luz en las casas colindantes, y sube precipitadamente diciendo:
—¡Miren, la gasolinera arde!





Afortunadamente, no era la gasolinera, sino una subestación eléctrica que hay junto a ella. El fuego ha sido la noticia del día en Madrid (incluso ha subido un equipo de Telemadrid a filmar desde nuestra azotea, bastante alejada del incendio).
Y agradezco al cielo que la luz haya vuelto a la hora de irse, porque desde medianoche habrá un corte de agua de 36 horas... y yo ya me veía como el chino del chiste: "chin lú, chin agua y chin gá..."

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