1- [Se siente un siseo...]
Se siente un siseo. Te sacudes, estremecido. En la cocina el gas se escapa. Cierras la llave, abres la ventana.
Es un peligro ese quemador que se apaga antes de cerrarse del todo. Esta vez fuiste capaz de escucharlo desde la habitación (al otro extremo de un largo pasillo), pero ¿tendrás siempre tan buen oído?
2- [Cada vez son más los que mueren....]
Cada vez son más los que mueren. Tratas de olvidar tu propia fragilidad mirando al pequeño que corretea, pero eso solo despierta en ti recuerdos de otro pequeño que corretea, pero eso solo despierta en ti recuerdos de otro pequeño, años atrás, que eras tú mismo, y una sensación mezclada de nostalgia y miedo. Porque realmente no es tu propia muerte la que te asusta, sino la de quienes tienes alrededor y ¡se exponen a tantos peligros los niños! Y así, triplemente asustado (por ti mismo, por los que son mayores que tú y por la generación que viene), continúas la partida. Aún podemos aguantar otra mano.
3- Un palmo de narices
La factura no tenía ni pies ni cabeza. Y encima, costaba un ojo de la cara. Estaba hasta las narices de que le tomaran el pelo. Aquella gente, que tenía más cara que espalda, se le había subido a las barbas. Estaba en su mano plantarles cara, enseñar los dientes y dejarles con un palmo de narices.
[[Borrador 1 del anterior:] Estaba hasta las narices de que le tomaran el pelo. Es que les dabas la mano y te tomaban el brazo. Se le habían subido a la barba.]
[[Borrador 2 del anterior:] Estaba hasta las narices de que le tomaran el pelo. Aquella gente, que tenía más cara que espalda, se le había subido a las barbas. Estaba en su mano plantar cara y dejarles con un palmo de narices.]
4- [Marta ya no está]
De vez en cuando pienso en gente y de repente me doy cuenta de que ya no están, que no volverán nunca. Como el otro día, que pensé en quedar con Jorge y me dije, vamos a avisar también a Marta y luego recordé a que marta la habíamos visitado en el cementerio a principios de primavera. De vez en cuando pienso en gente y me preocupa que puedan irse tan silenciosamente como Marta, sin que apenas confiesen que están gravemente enfermos.
5- [Esbozo de un inicio]
Cuando era pequeño tenía una tía moderna que trabajaba y conducía y nos llevaba a preescolar en su coche.