- ISBN:
- 978-84-17125-67-7
- Descriptores:
- Fantasía oscura; terror; cómic
- ISBN:
- 978-84-18052-68-2
- Descriptores:
- Fantasía oscura; terror; cómic
Grito nocturno aparecía destacado en la página web de la biblioteca ebiblio, y me llamó la atención su portada con la silueta de una bruja recortada contra un cielo azul profundo, cielo que quizá da a esa novela gráfica su nombre original en francés: Nuit Couleur Larme, noche color lágrima. La reserva tenía fecha prevista para junio, pero me avisaron de disponibilidad en un par de dias, descargué el libro, lo leí y lo devolví para alegrar el día a otro lector. Después solicité el álbum del que se supone era continuación, Black Holes. Pero realmente no es que haya mucha continuidad entre ambos, más allá de temática y escenario. Pero vayamos a la reseña.
Black Holes se inicia con dos historias paralelas: Teresa, una adolescente decimonónica invadida de romanticismo, encuentra una noche un esqueleto triste en el bosque. Laura, una adolescente de 2016 a la que le encanta disfrazarse, ve un fantasma en el bosque. Las dos historias de adolescentes tristes e incomprendidas van convergiendo hasta que el lector comprende que es la misma historia. El final de la historia de Teresa nos es mostrado; el de Laura queda abierto, aunque se nos sugiere en las ilustraciones de contracubierta.
La historia de Grito nocturno comienza con Teresa, una mujer que regenta un local de ocultismo y viste como una bruja. La adolescente Matilde es su cliente más asidua, y prácticamente la idolatra. Pero Teresa no está satisfecha ni con su tienda de libros y discos siniestros, ni con los fanzines que escribe, ni con la admiración de Matilde. Quizá debería haber hecho música punk, como esa chica que desapareció (cuyo nombre, Cristina, es el de la líder del grupo Black Holes, mencionado una sola vez en el álbum anterior, en la página 88). Así que hace un ritual con el que atrae a Laura, un genio con la apariencia de jovencita otaku. Pero no sabe qué deseo pedirle en esa ciudad de noches tristes.
La estética se caracteriza por escenarios detallados y entintados con la línea clara del estilo franco-belga, y personajes sin rostro, con brazos y piernas esquemáticos y, sin embargo, cierto barroquismo en el vuelo de vestimentas y cabello. En el segundo álbum esto se une a la elección de una paleta de colores donde resalta el azul oscuro de los cielos nocturnos. En el primero, había habido un juego parecido en las primeras páginas (atardeceres rojos en la oscuridad del bosque), pero luego desaparece el rojo como fondo y reaparece como detalle: las mariposas, el cabello de Rosa, la hermana pequeña de Teresa, la sangre.
No hay personajes masculinos, al menos no dibujados. Están el vendedor (o vendedora) de helados, que quizá sea un depravado (pero no estamos seguros de ello), el locutor (o locutora) de radio, y el ojo del bosque. El resto de héroes y villanos son femeninos, quizá para insistir en la sororidad, o quizá para hablar de cierto tipo de relaciones (la admiración por el mayor, el deseo de guiar a la persona más joven, la necesidad de encajar en un grupo, la envidia...) que están más allá de la atracción sexual. Tendré que leer las críticas de otros reseñadores para tener más claves.