- ISBN:
- 84-7844-401-7.
- Descriptores:
- Cuento infantil. Cuento maravilloso.
Encontré estos cuentos en un mercadillo navideño y los compré pensando que iban a ser una colección de cuento tradicional a la manera de las de Aurelio Espinosa. Nada más lejos de la realidad. Se trata de cuentos poéticos a la manera de los de Wilde que toman la ambientación y personajes de la tradición española como excusa para hablar sobre el origen de diversas plantas, animales, fenómenos de la naturaleza... como una especie de mitos sin dioses.
Está primorosamente ilustrada -los dibujos son reproducción de los de la edición original en inglés- y, al haberse traducido en tiempos recientes, la lengua es, aunque literaria, perfectamente accesible para las nuevas generaciones.
Ya les hablé en otra entrada del blog sobre el autor, un emigrante llegado a Nueva York con 14 años. Este es su segundo libro, y el primero que verá publicado (a sus 27 años), y aunque su composición parezca simplemente correcta -a la manera de cualquier autor mercenario que trabajase para calleja- hay ciertos indicios, acá y allá, que nos indican que el autor buscaba crearse una reputación literaria.
Por ejemplo, algunos comentarios irónicos del narrador. Inicialmente, guiado por la introducción, traté de atribuir a la renovación de la narrativa a principios del XX, con algo del Unamuno de Niebla y más del Pérez de Ayala de Troteras y Danzaderas, pero son indudablemente un remedo del Wilde de El príncipe Feliz. En el cuento "La rivalidad": "Realmente su conducta, incluso teniendo en cuenta que era un conde, sobrepasaba las normas de la más elemental educación". Y en el cuento "El gusano de oro", último del libro: "Porque el cuento que te he contado no es verdad".
También es literario el hecho de que el cuento inicial aluda a los demás de la colección y el final, como se acaba de indicar, nos devuelva a la realidad recordándonos la falsedad inherente a la ficción.
Carmen Martín Gaite destaca el aire cervantino de los personajes, especialmente el pintor del primer cuento, y el recurso constante a los narradores colaterales, algo que, si bien es cervantino, también es propio del cuento. Para ella el cuento más complejo es "El arco iris", que yo no encuentro bien resuelto; y el mejor compuesto "El sauce y el ciprés". Por mi parte, mi preferido es "La bruja de Amboto", el único en que veo algún reflejo de la tradición popular.
En cualquier caso, es una buena colección de cuentos que nos devuelve a ese mundo infantil donde todo era mágico.