Reconozco que soy de natural vicioso. Si un conocido me propone comer de restaurante (aunque sea el menú del día) después del trabajo, me apunto. Si después de la comida propone postre y café, me apunto. Y si propone un orujo de hierbas, también me apunto, aunque sepa que luego voy a llegar a casa dando tumbos por las calles de carabanchel bajo.
Eso sí: yo sé que ha terminado mi jornada, mientras que la suya sigue...
En fin: feliz cumpleaños, Alberto. Yo, por mi parte, voy a echarme una siestecita...
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