Una investigación del Chicago Tribune reflejada en un artículo llamado Internet Blows CIA Covers muestra cómo es difícil mantener instalaciones en secreto cuando se inscribe su propietario real en el registro de la propiedad, y cómo se hace imposible el anonimato de los agentes cuando
éstos, que rellenan las solicitudes de tarjetas de crédito como empleados de compañías no existentes (¡o incluso de la propia CIA!) tienen un pasado como personal diplomático. Y si antes hacía falta recorrer numerosas oficinas para juntar todos estos datos, hoy en día se pueden consultar, previa suscripción, en bases de datos accesibles desde internet.
Via PeriodistaDigital < BBC Mundo < Chicago Tribune
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