Jéssica sabe que, si en algún momento quisiera aprobar el examen, no tiene más que sentarse tras María, esa chica que no habla nunca en clase y que acaba los ejercicios un minuto después de que el profesor los haya mandado. Jessica, sin embargo, no tiene ningún interés en aprobar el examen, puesto que el esfuerzo necesario para copiar el cuaderno de María y fijarse en sus respuestas no merece la pena. Así que es María, esa chica que se cree la mejor amiga de Jéssica, quien copia, escribiendo con la mano izquierda, su cuaderno y se sienta lo más cerca posible de Jéssica en el examen; total, para que esta entregue una hoja en blanco al profesor que, como ella, nunca se dará cuenta de los esfuerzos de María, la empollona.
1 comentario:
Yo... mmmm necesito un profesor particular.
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