Oh, espíritu del verano
que haces florecer los cuerpos
y marchitas las rosas:
envíame el oro de tus espigas
sin el fuego de los arenales;
traeme salada la brisa
en un aliento, no sobre una onda.
Oh, espíritu de junio lleno de promesas:
permite que al brindar con los amigos
no venga sobre mí la nube del recuerdo
ni me atormente contar
los veranos que restan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Me gustaría conocer tus comentarios sobre mis artículos, y también si las soluciones que publico de vez en cuando te funcionan o no. Por supuesto que puedes contarme cualquier otra cosa, siempre y cuando lo hagas de forma respetuosa hacia todo el mundo.