Mentira nº 5: “Lo de las afines no es cierto”.
En un programa de Intereconomía, la Consejera de Educación puso este ejemplo para definir las afines: “Es como si un profesor de Lengua da Literatura”. Eso dice mucho de quien gestiona la educación madrileña, porque indica que no se ha leído el decreto de currículo de secundaria. Un funcionario profesor de secundaria aprende, bien en la preparación de las oposiciones, bien en su curso de prácticas como funcionario, los rudimentos del currículo de otros niveles. Aprende, por ejemplo, que en primaria se imparte “Conocimiento del Medio”, o la evolución de los objetivos de su asignatura a través de las distintas etapas educativas. Pues bien: su jefa suprema no sabe que desde 1990 no existen la asignatura de Literatura (española) ni de Lengua (española): lo que existe es una sola asignatura, Lengua Castellana y Literatura. Resulta increíble que la superior no deba conocer lo que sí aprenden sus subordinados.
Afines son asignaturas que por su cercanía pueden ser impartidas por el mismo profesor. Por ejemplo, yo, como profesor de lengua Castellana y Literatura, puedo impartir (y de hecho imparto) el Ámbito Sociolingüístico, asignatura que también podría ser impartida por un profesor de Sociales (como de hecho sucede también en mi centro). Durante reforma del sistema educativo en 1990, uno de los caballos de batalla de los colegios profesionales fue la definición de las diversas afinidades: si los de Griego podían impartir Latín pero no a la inversa, si la Ética pasaba en exclusiva a Filosofía o podía ser impartida por el departamento de Ciencias Sociales...
Y resulta que con el paso de los años las barreras de la afinidad se han ido diluyendo, y por necesidades de los centros se ofrecen plazas de asignaturas muy distintas al mismo profesor, olvidando que existe un proceso denominado habilitación por el que el profesor de una especialidad puede adquirir otra a través de la superación de unas oposiciones. Quizá Fulano, del departamento de Lengua, sepa mucho Francés, pero si no está habilitado para esa asignatura no debería ofrecérsele que la imparta. Obviamente, ante la disyuntiva entre quedarse en el mismo centro impartiendo Francés o desplazarse a un centro situado a 100 Km y con transporte público deficiente se resignará a aceptar la primera opción.
En estos días se ha ido recogiendo una lista de personas impartiendo asignaturas no afines como si lo fueran. Dicha lista se puede consultar en:
http://www.docentesconeducacion.es/viewtopic.php?f=2&t=180
Lo más curioso de todo es algo que no se está diciendo: que a pesar de lo que dice Lucía Fígar, a los profesores de Lengua Inglesa sí se les está exigiendo una habilitación especial para impartir Literatura Anglosajona (Inglés Avanzado), y no es óbice para ello la presencia de cuestiones relacionadas con la Literatura Inglesa en el examen de oposiciones que previamente han debido superar.
Vídeo n.º 5
(traducción libre de "La ley del silencio").
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