Ahora mismo

Ahora mismo debería estar sentado en mi mesa, corrigiendo los 12 exámenes que todavía no he corregido, en lugar de estar aquí tirado, compadeciéndome de mí mismo (como siempre). Debería haber ido a comprar una fuente de alimentación nueva para mi ordenador de sobremesa, porque este domingo el ventilador, que llevaba seis meses sonando a cascajo, decidió parar definitivamente. Y debería haberme tomado con menos alegría el ir a Hipercor a cambiar una lámpara (regalo para mi madre) que no funcionaba bien, porque con la tontería hemos hecho la compra de alimentación de los próximos días (y hacerlo en un hipermercado que uno no se conoce es todavía peor que hacerlo en uno al que estamos habituados). Por último, debería haber tenido más sensatez y no haber levantado a pulso el carrito para evitar dar un rodeo a la hora de colocarlo en su sitio, porque me he dejado las lumbares hechas polvo, y aunque el dolor ya ha pasado, todavía siento una solución extraña. Pero sé que, a pesar de todo lo que acabo de decir, me voy a dedicar intensamente a no hacer nada. Ahora mismo.