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jueves, 29 de septiembre de 2005

Lugar de trabajo / centro de trabajo.

(De un artículo de prensa leído ayer, publicado posiblemente hace una semana).

Soetas, peperos y otros partidos multitudinarios (¿incluído el Madrid-Barça?) defienden que se prohíba fumar en el centro de trabajo.

Convergentes, comunistas, republicanos y otras minorías defienden que se prohíba fumar en el lugar de trabajo.

Dicen los antifumadores (en cuyas filas me alistaré cualquier día de estos, en cuanto me autoricen salir a la calle con una caperuza blanca y una tea para demostrar que el humo es malo) que las minorías se han plegado a la industria, puesto que lugar de trabajo es sólo donde se trabaja, y centro de trabajo es todo el edificio.

Bien, chiquitines, una precisión:
Ciertamente un edificio es más grande que un cubículo. Pero no todo el mundo trabaja dentro de un edificio.

¿Cuál es el centro de trabajo de un obrero de infraestructuras viarias? El almacén donde tiene el material. Lo debe pisar alrededor de quince minutos al día, eso, si lo pisa. ¿Cuál es su lugar de trabajo? Toda la puta calle. Que es más grande, digo yo, que un edificio.

Dejando aparte las contradicciones. Por ejemplo, para proteger la salud de los trabajadores, los camareros no podrán fumar en su lugar de trabajo (ya lo tenían prohibido en todas las zonas donde se procesan alimentos), pero se dispondrá de zonas de fumadores donde los clientes podrán perjudicar con su humo a los trabajadores del local. Para que no sean fumadores pasivos, los harán atender cuchitriles llenos de humo. Eso sí: por lo menos, será humo de habano, no un Ducados cualquiera.

4 comentarios:

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  3. Yo, humilde librepensante, me conformaría con un ínfimo espacio para poder fumar... si he de abandonar mi puesto/lugar de trabajo se lía: trabajo en la planta 22 de un edificio emblemático y posiblemente deban acabar echándome dada la cantidad de horas que puedo perder al mes. Contóme un colega que en Siemens Alemania hay una sala de fumadores. Es negra y acristalada, para que todos puedan ver a los suicidas. Y hay un cenicero enorme en el centro que sólo se vacía una vez cada dos semanas... falta que se nos pueda escupir. O echar cacahueses, digo.

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  4. Hombre, yo os echaría cigarrillos. Para poder seguir observando cómo fumáis, más que nada.

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