(Microcuento enviado en mayo de 2014 al concurso colaborativo de microcuentos de "cuentos para el andén")
El novelista enciende un cigarrillo y se asoma al balcón. Cada rostro que pasea por la calle lleva dentro la semilla de la que brotará un carácter. Por cada árbol, cada esquina, cada ventana, asoma una aventura, una intriga, un escenario. La ciudad es todas las ciudades del mundo.
Aplasta la colilla y vuelve a su mesa, y teclea con furia creciente una página inmaculada que según sale del carro se revela más y más vacía. Con orgullo la extrae y haciendo un avión, la lanza a la calle. ¡Toda la vida escribiendo y hasta ahora no había dicho nada!
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