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miércoles, 12 de diciembre de 2012

Todo lo que sé
es que sigo ignorando
todo lo que importa.
Que he olvidado prestar atención a los detalles.
Que el bosque no me deja ver los árboles.
Que lo principal,
lo que todos conocen,
me resbala.
Y realmente no debería preocuparme,
pero esta torre de marfil se inclina,
y soy un estilita desequilibrado.
Sí, realmente debería desentenderme,
pero este decorado ya no es de cartón piedra,
y este mundo real rehúsa ser ficticio.
Lamento profundamente
conocer mis errores
y no ser capaz de enmendarlos,
pero también lamento
mi credulidad de antaño,
ese deseo de ser
civilizado.

1 comentario:

  1. Y así nos va, José... Gracias por la lucidez, que cada vez escasea más.
    En fin! felices días, amigo. Estos y todos.

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