Finalizado el curso escolar, quedan sólo las evaluaciones antes de que comiencen mis vacaciones. La mañana de hoy no ha sido para mí tan estupenda como para mis alumnos (al final, se me han ido las ganas de observar las actuaciones de mis tutorandos en el festival colegial) y ha tenido un remate amargo con la aparición de dos alumnos (uno de ellos, en realidad, ex-alumno desde enero) ridiculizándome a la salida del instituto. Supongo que las vacaciones, el alcohol o los petardos se les habían subido a la cabeza, aunque, por otro lado, no estaban muy lejos de su actitud habitual. Pero he llegado a casa, he dejado los bártulos y he pensado: ¡qué diablos! no vamos a dejar que nos amarguen el que suele ser el día más estupendo del curso escolar.
Para celebrar el acontecimiento cambiaré, como solía ser mi costumbre, la imagen de mi perfil, de modo que el playero horterolo sustituirá de nuevo al vampiro draculín (incluso en el blog alternativo y draculinesco "cartas del vampiro"). Además, esta entrada hace la 997 de mi blog y, aunque todavía no he preparado nada, espero celebrar la milésima entrada antes de agosto, con algo interesante...
A niños, niñas y docentes, felices vacaciones. A los opositores, suerte. A todos los demas... «Madrid en verano y sin familia, Baden-Baden...»
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