Ya he vuelto de mis vacaciones de Semana Santa, que comenzaron el viernes, con viaje a La Rioja a mediodía. Hasta 24 horas antes no supe si me iría o no, así que no avisé a mis conocidos de Madrid, que supongo estarán irritados por ello.
La semana ha estado bien, aunque un poco aburrida: lo iré desglosando más adelante, en nuevos artículos. De momento, os diré que comencé perdiendo ¡en mi casa de Madrid, lo que es más grave! un lápiz de memoria USB (estoy seguro de que lo metí en mi maleta o en la del ordenador portátil, pero no estaba allí cuando lo busqué, 10 minutos después, para añadirle más contenidos). Al día siguiente, las vacaciones prosiguieron con un viaje al pueblo de mi padre, Sajazarra, con escala en Nájera, donde desistí de la compra de un precioso buró de marquetería por 150.000 pta (unos 900€), pero en el mismo anticuario compré alrededor de 20 libros de los juegos de rol RuneQuest y La Llamada de Ctulhu, por 30€ el lote. Allí se quedaron unas cuantas novelas de la DragonLance, si sois aficionados al género, pero yo me resisto a leer Espada y Brujería fuera de Tolkien, Moorcock, Howard y similares. Ese mismo día, en Sajazarra, descubrí (casi se ha perdido) el placer de la conversación sentado en el poyete de una casa; mi interlocutor, el vecino, un hombre que pasaba de los 50. La misma sensación tendría unos días más tarde tomando una cerveza por la noche con unos amiguetes de mis padres.
El martes viajé en el día a visitar la exposición La Edad de un Reyno, en el Baluarte de Pamplona. Es una exposición con los defectos de los montajes modernos (información en distintos planos, lo que cansa la vista; ambiente oscuro, que la fatiga aún más; erratas e imprecisiones léxicas en carteles y folleto; uso de tecnologías modernas para suplir lo que una simple lupa o un espejo lograrían con más eficacia), pero merece la pena verla: ya os contaré; de momento, os diré que por primera vez he podido ver casi todos los marfiles del arca de San Millán de la Cogolla. Ese mismo día volvimos al pueblo con un dolor de cabeza tal que no salimos por la noche, por lo que decidí no moverme el miércoles.
La otra actividad interesante realizada a lo largo de la semana han sido las visitas gastronómicas: comida en Sajazarra (en el mesón) el lunes, el martes comida en el restaurante La Conrada de Puente la Reina (no es que sea el mejor del mundo, pero os lo recomiendo si os gustan las cazuelitas o si queréis probar una tarta de queso con la altura de un queso de burgos), cena en el restaurante de Torrecilla el viernes, jueves y sábado. Y degustaciones benéficas en este mismo pueblo el viernes (torrijas, rosquillas, tapa de anchoa con guindilla, queso) y sábado (choricillo, morros, tapa de huevo con pimiento). No sé lo que habré engordado, pero sí sé que he descubierto que mi capacidad de ingestión de alimentos está por debajo de lo que yo pensaba. Tendré que ejercitar mi estómago antes de la boda que tengo el fin de semana que viene...
Morriña....
ResponderEliminar¿Que otra cosa puedo decir desde la distancia?
Que envidia...... en breve colgaré mis NO vacaciones de "Semana cualquiercosa menos Santa"
Hola a todos:
ResponderEliminarLo de los juegos de rol un chollo. Cuando se comenzaron a editar era eso lo que valia cada uno de ellos y ahora van por los 50 euros casi cualquier cosa sin entidad. Muy buena zona para irse de vacaciones la que elegiste.
Saludos a todos.