TOMEO, Javier: La agonía de Proserpina, Madrid, Espasa-Calpe, 2001
ISBN: 84-239-6498-1
Género: Erótico/Policiaco/Humor.
Precio: 0,60€ en la Cuesta de Moyano (?? según ISBN español; 9,98 en Unilibro).
Ediciones modernas: Ninguna / buscar en a9 (abrir vista libros para ver resultados en Amazon, vista web para otras librerías online).
Paseando por la cuesta de Moyano (que siempre me quedó de camino a casa, y ahora más que nunca gracias al traslado de las casetas al Paseo del Prado) vi en un puesto un bloque de los libros de la colección Espasa Bolsillo, que yo conocía de haberlos visto saldar en los Vips cuando los libros de saldo en los Vips costaban todavía 300 pesetas, y no tres o cuatro euros. El caso es que me fijé en que el autor era Javier Tomeo, uno de mis ídolos: adoro sus cuentos, por ejemplo los de su "Bestiario", que fue publicado en El Mundo y yo fui recortando meticulosamente. Tenía mis dudas, sin embargo, acerca de sus obras de mayor extensión, ya que nunca he podido terminar El crimen del Cine Oriente. Aun así lo compré: parecía una buena lectura para el tren.
El libro es denso, muy denso, y tiene un marcado carácter teatral, hasta tal punto que en 2003 se presentó una adaptación teatral en el Teatro de La Abadía (publicada luego por la Diputación General de Aragón). En efecto, al igual que la película La Soga de Hitchcock, esta novela respeta la unidad de tiempo y acción que debe poseer todo drama, si bien la unidad de lugar es rota de vez en cuando para proporcionar un respiro al lector, al que por otra parte no se le ofrece la pequeña tabla de salvación que constituye la división en cápítulos o jornadas.
Pero vayamos al argumento: Un hombre ha citado a una mujer en su casa. No es la primera vez que se ven, pero es la primera vez que ella acude a tal lugar. Con un juego metaliterario, el narrador, que ha la vez es el protagonista, pinta los caracteres de los personajes: él es escritor; ella roza el analfabetismo. Pero no es eso lo único que los separa. Mientras la mujer arde en deseos de consumar la relación, el hombre practica una suerte de obscena abstinencia, quizá la más refinada de las perversiones. Poco a poco, la tensión va creciendo, hasta acabar en auténtica violencia: no física, pero sí psicológica y sexual. La violencia es menor para el lector, por cuanto conoce de antemano muchas de las acciones que afectan a los personajes (aspecto que supongo cambiaría en la versión teatral). Aun así, queda (como en toda novela policiaca que se precie) un lugar para la sorpresa.
En definitiva: un interesante libro que mantiene en vilo al espectador durante toda la trama. Si lo conseguís encontrar en una librería de viejo, compradlo, porque merece la pena. Y si no lo encontráis, id a la biblioteca de guardia (al fin y al cabo, estamos en febrero :).
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