No voy a seguir el ejercicio propuesto hoy en el taller, sino que voy a tratar de hacer algo que se aproxime al ejercicio sobre "la visibilidad":
El anticuario, en un momento dado, se da cuenta de que ha desaparecido la linterna que solía tener sobre su escritorio. Entonces recuerda que la utilizó por última vez hace ya casi una semana, el jueves pasado, cuando estuvo examinando el interior de aquel bargueño que acababa de comprarle a la viuda de Gómez por un precio, si no abusivo, en cualquier caso difícil de aceptar. Pero el mueble merecía la pena... ¿Habrá dejado dentro su linterna? Es ridículo, pero mira en los innumerables compartimentos de la papelera, donde —está seguro— no cabe su Mag-Lite, por pequeña que sea. Mientras lo hace, repasa mentalmente las caras de los clientes de los últimos días. Jiménez —un guasón, pero se limita a las palabras—; Rufo —sin duda, amigo de lo ajeno, pero no se delataría por una nimiedad semejante; un viejecito con cara muy amable —sospechoso—; el sábado, varias familias con niños... Llegado a este punto, el señor Sánchez cree haber encontrado al culpable: quizá alguno tomó entre sus codiciosas manos la maldita linterna.
—Dichosos niños... siempre robándose de lo ajeno.
Dando el asunto por zanjado, deja su búsqueda. Cierra con cuidado el valioso mueble, levanta la cabeza que ha estado husmeando en sus cajones, y se vuelve hacia el escritorio tratando de observar otras desapariciones. Es fácil perder o robar cosas... hay mucho desorden aquí. En un momento dado, bajo la fina suela de cuero de uno de sus mocasines siente rodar un objeto cilíndrico. Ese es el preciso instante en que, antes de golpear su frente contra un mortero del siglo XVII, Sánchez dice, por última vez en su vida:
— ¡Ahí estaba..!
ABSTRACT: my english is too bad to translate this Tale about an antiquarian looking for its Mag-Lite torch into an Spanish bargueño drawer chest, recalling last week customers (a joker, a stolen antiquities merchant, a kind looking old man, some families with their childs), and supposing one of the little kids robbed it. At last, he turns again to its own desk, and then its foot slips at a cilyndrical body. The antiquarian head bangs into a stone mortar, but he has a last second thought about having found the torch.
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ResponderEliminarFecha: Thu, 06 May 2004 00:34:02 +0000
Título. Poor Mr. Sánchez
Resumen: Warning, I have no idea what I'm doing. (My friends are saying, "What else is new...") I came across this little story at Jose Moya's blog, Maestro de Nada (antes Aprendiz de todo). It is a cute story, and I wanted to know the details of it...
Nombre Blog: Careless Thought