Páginas especiales

miércoles, 31 de diciembre de 2014

Los Caminantes

SISÍ, Carlos: Los Caminantes, Barcelona, Minotauro, 2014

ISBN: 978-84-450-0214-8
Descriptores: Zombies. Supervivencia.

Vuelvo a adentrarme en los territorios de lo friki con esta novela de zombies escrita en 2009 por el malagueño Carlos Sisí, que Santa Claus / Papá Nöel tuvo la gentileza de dejar junto a mis zapatos. A pesar de su título, este libro contiene dos novelas: Los Caminantes y Los Caminantes: Necrópolis.

En el otoño de 2009 se descubre un virus que resucita a los muertos. Poco a poco, la humanidad entera queda afectada. En Málaga, un grupo de supervivientes se atrinchera en un polideportivo. Pero su mayor enemigo no serán los zombies, sino un loco, inmune al contagio, que pastoreará a los zombies para guiarlos en su labor destructiva. Ese es el argumento de la primera novela, una novela polifónica (alterna los puntos de vista de varios personajes, como es habitual en el género des las catástrofes) con una hábil construcción narrativa que nos engancha desde el principio.

La segunda novela vuelve en su primer capítulo al principio de la crisis para presentar lo que será el hilo conductor de la obra (ya lo era, en realidad, de la primera parte): el verdadero monstruo es el ser humano. Así, los diversos episodios (que, como sospecha desde el principio el lector, se unen al final) tienen en común la capacidad del hombre para destruir a sus semejantes.

Entre los grandes aciertos del autor está el haber situado una novela de este tipo en tierras españolas y en una ciudad muy concreta que conoce al dedillo y describe al detalle. De la misma manera, ha procurado documentarse para dar realismo a sus descripciones de las enfermedades, de las armas o, en la segunda novela, de los barcos. Peca, quizá, del uso impropio de algunas palabras ("indolente" por "insensible" en la primera novela y "salubre" por "salobre" en la segunda), lo que es fallo más del editor (que debería haber revisado) que del autor. Aun así, lo recomiendo fervientemente a todos los apasionados de la literatura de género, así como a todos aquellos a quienes les guste esa rama de la narrativa especializada en las catástrofes y la supervivencia.

Javier Asensio García: Los 99 mejores cuentos de la tradición riojana

Javier Asensio García: Los 99 mejores cuentos de la tradición riojana. Logroño, Piedra del rayo, 2012. 177 p.

"Había un sastre en Ortigosa de Cameros que tenía novia en Peñaloscintos..." Los cuentos de este libro, publicado por una pequeña editorial de provincias, tienen el sabor de la tradición local. No son cuentos para niños, aunque también los hay, sino ese conjunto de anécdotas, chismes y prodigios que se contaban en los pueblos para entretener las largas velas.

Tienen la simpatía y la vulgaridad de lo auténtico, de lo popular. Nos acercan a un mundo que está desapareciendo: el mundo en el que vivieron los abuelos de los que ahora tienen entre 30 y 50 años.

Por lo demás, añadiré que no es una edición para dialectólogos, folkloristas o eruditos: aunque se ha citado escrupulosamente la procedencia de cada uno de los cuentos, se aclaran entre paréntesis los términos más dialectales y se respeta la ortografía actual del castellano, sin intentar reflejar la pronunciación real.

Si habéis nacido o vivido en la Rioja (la de España, no la de Argentina) y cae en vuestras manos, echadle un vistazo.

(Nota: este post, como todos los de reseñas de libros, será copiado en mi cuenta de Vingle. Instaláos la app de Vingle si queréis leer fácilmente mis reseñas de libros).

lunes, 3 de noviembre de 2014

Laura Gallego: Finis Mundi

Laura Gallego: Finis Mundi.. Editorial SM. ISBN 978-84-348-7011-6. 252 págs. Juvenil (a partir de 10 años). Histórico-Fantástico. Edad Media. Juglares.

Empecé a saber de Laura Gallego por dos alumnas del IES Isabel la Católica (ahora tendrán 25 años) que eran fanáticas de cierto automovilsta asturiano y de esta autora. Y poco a poco empecé a observar que no eran casos aislados. Laura Gallego es una muy popular novelista en la franja infantil y juvenil, y si triunfa será por algo.

Finis Mundi, la primera novela de esta escritora, no es tan consistente como otras obras posteriores. Se nota que la autora está buscando su voz, y que todavía no se manejan completamente las artimañas que permiten cerrar las tramas dejándole al lector voraz ese regusto que le inclina a correr a la librería y comprar el volumen siguiente de una saga. Pero ya es un gran libro.

Un monje escapa de un monasterio arrasado por los atacantes. Con él lleva un códice que habla del inminente fin del mundo. La salvación de la Tierra depende de que encuentre tres objetos mágicos escondidos en lugares especiales. Pronto se une a un juglar que le enseñará a recorrer el mundo con cierta seguridad y le ayudará a reconocer los lugares mágicos de los que habla el libro. En el camino, un grupo misterioso se enfrentará a ellos, intentando que fracase su misión; pero también encontrarán nuevos aliados. Ese es, a grandes rasgos, el argumento del libro.

El libro está dividido en tres partes, cada una encabezada por una cita latina, un tópico de la época, en la que se da el tono de lo que ocurrirá: el mundo envejece, las ruinas crecen, el fin del mundo se acerca. En cada parte la "búsqueda" del objeto mágico nos acercará a distintas maravillas del mundo medieval y, en el caso del último eje, pre-medieval. Pero se observa cierta brusquedad en la introducción del elemento didáctico, que no cala en el lector (aunque a quien esto escribe no le ha parecido más brusca que en la aplaudida Los Pilares de la tierra, donde a cada paso le explicaban a uno lo que era una ojiva, como si no lo supiera). Quizá por ese didactismo exagerado se ha clasificado el libro para una edad tan temprana, a pesar de alguna alusión (velada, eso sí) al destino que aguarda a toda juglaresa.

A pesar de su didactismo, el libro se lee muy fluidamente y mantiene enganchado al lector (he de confesar que lo leí prácticamente de un tirón, y si detuve la lectura fue porque a altas horas de la madrugada consideré que debía trabajar al día siguiente). Aparecen ya los trucos de novela negra con los que Laura Gallego nos deleita en todas sus obras de fantasía medieval, introduciendo pistas falsas acá y allá para despistar al lector y mantener la intriga. Pero falla la construcción del final, un final que parece artificial, un deus ex machina que arruina la construcción tan perfecta de una trama en que todo encajaba hasta el momento. Y que además no gustará al lector... pero sí a quienes defienden a capa y espada la novela juvenil transmisora de valores, como si los clásicos que los profesores de literatura mandamos leer no estuvieran cargados de machismo, racismo y defensa de la desigualdad social (a pesar, por supuesto, de lo que dice en los catálogos de las editoriales).

En cualquier caso, es un libro recomendable. Si ya habéis leído otros de Laura Gallego quizá esperéis más, pero si no habéis leído nada de ella, es una buena introducción a su obra.

(Este texto será compartido también en mi cuenta de Vingle)

lunes, 22 de septiembre de 2014

Ezequiel, 18

Dice Ezequiel que el hijo no cargará con las culpas del padre, ni el padre cargará con las culpas del hijo. Pero no todo el mundo es religioso.

Un hombre camina por una calle oscura. A lo lejos, la puerta iluminada de un bar en una esquina. El hombre tiene el aspecto cabizbajo y miope de la persona que nunca rompería un plato. A la puerta del bar, un obeso cliente, jugando con su móvil y llamando a ratos a una hija que ha de estar a la vuelta.

Al pasar junto a la taberna, el viandante hace un quiebro para esquivar un patinete azul, tirado en mitad de la calle, apenas visible para quien acaba de salir de un lugar iluminado y aún no ha acostumbrado su vista a la penumbra que filtran las farolas a través de las hojas de los árboles. De los labios del viandante no sale una queja, no asoma una mala palabra; su sorpresa es muda y no busca ofender a nadie. A pesar de ello, a su espalda suena el tripudo:

—Mira que no ver el patinete... ¡ciego!

El paseante dobla la esquina y desaparece.

Al cabo de unos minutos, un grito agudo. Una niña, un ojo reventado por un llavín en él clavado. El hombre del bar, que corrió hacia ella con una urgencia que tira de su sangre, ve al miope, pequeñito y cabizbajo, sonreír con otro sangriento llavín en las manos.

miércoles, 30 de julio de 2014

Formato obsoleto...

Sucede que me compré 12 gigas de cómics en humblebundle y quiero guardarlos en alguna parte. No es que necesite realmente guardarlos: en cualquier momento podría volver a descargarlos sin pagar más, pero ¿y si se pierde mi contraseña? ¿y si quiebra la compañía? ¿y si se estrella un meteorito gigante contra la Tierra? Más vale tener una copia que no esté en la nube.

Así que voy al VIPs a conseguir DVDs porque ando bastante escasito de ellos. De camino, pienso en la posibilidad de comprar CDs. La radio del coche no tiene reproductor de mp3 ni entrada de línea, y aunque a veces es posible hacer que el teléfono móvil le envíe su música por FM, no siempre funciona el truco, especialmente en las áreas llenas de emisoras como Madrid. Así que para oír los mp3 en el coche hay que grabarlos en CD. Probablemente tendré CDs a montones en casa, pero estoy convencido de que en cualquier momento se dejarán de fabricar. Eso es lo que me decide a comprarlos.

En el VIPs solo hay DVDs de los caros, los regrabables (podría ser peor: el otro día estuve en la FNAC y no había ninguno). Los CDs, mezclados con ellos en la pila, son de la misma marca, pero obviamente son CD-R (lo que me indica que todos los compradores de CD están en la misma situación que yo). Voy con uno de cada a la cajera y, después de mirarlos un rato, ella me dice:
—No lo entiendo. Unos valen seis euros y los otros dieciséis.
—No hay problema. Sé que son distintos y quiero uno de cada.
Aunque ella no aparenta tener menos de veinticinco años (claro está que el trabajo envejece, así que puede que me equivoque), me pide que le explique la diferencia.
—Unos son para música, los otros son para datos.
Ella misma deduce que los de datos serán más caros porque tendrán más capacidad. Así que lo que falla es, simplemente, que llegó a la tecnología demasiado tarde para saber la diferencia. Debe de ser que realmente los CDs sí están obsoletos.

martes, 17 de junio de 2014

desorden

Ahora que empiezo a tener tiempo libre, debería dedicarme a arreglar el completo desorden en que se ha convertido mi vida. No es solo la tabla de planchar que lleva meses sobre la mesa de comedor, ni la mesa de despacho convertida en mueble multifunción sobre el que lo mismo como que corrijo unos exámenes o uso el ordenador. No es tampoco esa caja llena de libros de los estantes desmontados a la espera de que algún día la compañía de seguros venga a pintar el piso. No es la mierda que se está acumulando peligrosamente desde que no me queda tiempo libre en las tardes siquiera para pasar la escoba. Es el desorden de mi vida.

Cuando el cotidiano despiste se convierte en desorden, el desorden en caos y el caos en frustración porque nada sale a derechas (y cómo puede salir a derechas si no hay manera de saber lo que uno está haciendo, potque está tratando de atender a mil estímulos ninguno estimulante), entonces ha llegado la hora de pararse un momento y pensar qué habría que arreglar el desorden, el maldito caos de la propia vida.

Pero primero empezaré por limpiar un poco.

sábado, 7 de junio de 2014

Lo que dijo el coronel

Años después, ante el pelotón de fusilamiento, dijo el coronel:

—¡Fuego!

Era firme partidario de la pena de muerte.

viernes, 6 de junio de 2014

Lo que dijo el Ladrón

Dijo el ladrón:

—Últimamente hay mucha competencia. Aquí todos se creen que son de mi condición.

jueves, 5 de junio de 2014

Lo que dijo el Intelectual Progresista

Dijo el Intelectual Progresista:

—Los que nos gobiernan deberían ser honrados. Tengamos valores, seamos honestos.

Acababa de colgarle el teléfono a su tío, el que le metió en el departamento de la universidad.

miércoles, 4 de junio de 2014

Lo que dijo el Intelectual Orgánico

Dijo el Intelectual Orgánico:

—El problema de España es la pereza. Aquí hace falta esfuerzo y voluntad.

A continuación, encendió un cigarro y continuó su partida de cinquillo.

martes, 3 de junio de 2014

Lo que dijo el Gringo

Dijo el gringo:

— El problema de vuestro país no es político, sino económico. Haced leyes a mi medida y yo os daré el dinero.

lunes, 2 de junio de 2014

Lo que dijo el Abogado

Dijo el abogado:

— Estudié leyes para defender al débil. Para poder comer tres veces al día, acepté los casos de los poderosos. Seré un gran defensor de los débiles cuando puedan pagar mis honorarios.

domingo, 1 de junio de 2014

Lo que dijo el Legislador

Dijo el legislador:

— ¿Veis lo que costó escribir esta ley en palabras de mármol? Los jueces y los abogados torticeros la han convertido en paja.

viernes, 30 de mayo de 2014

Lo que dijo el Juez

Dijo el juez:

— No puedo ser justo, pues las leyes son injustas. Para que yo pueda hacer justicia, el legislador ha de cambiar las leyes.

jueves, 29 de mayo de 2014

Lo que dijo el inquisidor

Dijo el inquisidor:

— España ha perdido la fe. Necesitamos recuperarla. Ofrezcamos al Señor una gran hoguera

lunes, 26 de mayo de 2014

En el sitio web del Europarlamento permiten instalar este widget, en el que podéis comparar los resultados de la actual elección con la anterior, tanto a nivel de parlamento europeo como por países.
En el conjunto de europa, el partido socialdemócrata europeo sube y los populares europeos bajan, pero sigue habiendo mayoría de derechas. Los diputados no adscritos suben bastante, pero no creo que la subida se pueda suponer extendida a toda europa, si tenemos en cuenta que esa subida es de menos de diez diputados, y probablemente cuatro o cinco de ellos sean españoles.

domingo, 25 de mayo de 2014

Ley d'Hondt for dummies

Hola, amiguitos. Como supongo que todos estaréis pendientes del resultado de la final de la Champions las elecciones europeas, os voy a explicar de forma muy, muy sencilla cómo se reparten los escaños en las elecciones.

Imaginad que yo invito a mis amiguitos al cumpleaños y vienen con sus familias. Tengo 8 pastelitos, para 8 personas: los García (Luis, Daniela, Ricardo, su mamá,  y su papá), los Pérez (Ana, y su mamá), y yo. ¿Cómo los dividiré?

En el cole aprendisteis todos que para esto no hay más que dividir. 8 pasteles, 8 personas... Tocan a dos... ¿verdad? ¡Pues no!

Los García, que siempre van en pandilla a todas partes, dicen que hay que usar la regla d'Hondt, como si esto fueran unas elecciones. Eso nos complica bastante la vida, porque nos obliga a sacar lápiz, papel, la calculadora y el iphone para llamar a un politólogo que nos lo explique. Después de reunidos los materiales, hacemos una tablita como esta:

Cocientes: 1 2 3 4 5 6 7 8
García: 5,00 2,50 1,67 1,25 1,00 0,83 0,71 0,63
Pérez: 3,00 1,50 1,00 0,75 0,60 0,50 0,43 0,38
Yo 1,00 0,50 0,33 0,25 0,20 0,17 0,14 0,13

En la primera columna van los nombres de nuestros amiguitos, y en las siguientes el número de personas que componen la familia, divididos entre uno, dos, tres, cuatro... idealmente hasta ocho, que es la cantidad de pastelitos de la que disponemos. Pero vamos a ver cómo no vamos a necesitar tantas columnas.

Empezamos repartiendo pasteles al que tenga el número más alto en la tabla. ¿Quién tiene el número más alto? ¡Los García! Mi amiguito Luis García se come el primer pastel. Después, tachamos ese número de la tabla:
Cocientes: 1 2 3 4 5 6 7 8
García: 5,00 2,50 1,67 1,25 1,00 0,83 0,71 0,63
Pérez: 3,00 1,50 1,00 0,75 0,60 0,50 0,43 0,38
Yo 1,00 0,50 0,33 0,25 0,20 0,17 0,14 0,13

Seguimos por el siguiente número más alto. ¿Quién lo tiene? ¡Los Pérez! Así que ellos también se llevan un pastel, que se come Ana Pérez.

Cocientes: 1 2 3 4 5 6 7 8
García: 5,00 2,50 1,67 1,25 1,00 0,83 0,71 0,63
Pérez: 3,00 1,50 1,00 0,75 0,60 0,50 0,43 0,38
Yo 1,00 0,50 0,33 0,25 0,20 0,17 0,14 0,13

El siguiente número más alto (el 2,50) lo tienen los García. Así que Daniela García se come un pastel.

Cocientes: 1 2 3 4 5 6 7 8
García: 5,00 2,50 1,67 1,25 1,00 0,83 0,71 0,63
Pérez: 3,00 1,50 1,00 0,75 0,60 0,50 0,43 0,38
Yo 1,00 0,50 0,33 0,25 0,20 0,17 0,14 0,13

A continuación, van los Garcóa de nuevo (1,67). ¡Ricardo se abalanza sobre su pastel!

Cocientes:12345678
García:5,002,501,671,251,000,830,710,63
Pérez:3,001,501,000,750,600,500,430,38
Yo1,000,500,330,250,200,170,140,13
¡Le sigue la mamá de Ana Pérez (1,50), que engulle el suyo disimuladamente!

Cocientes:12345678
García:5,002,501,671,251,000,830,710,63
Pérez:3,001,501,000,750,600,500,430,38
Yo1,000,500,330,250,200,170,140,13

Quedan 3 pasteles y ¡el próximo es para el papá de los García!

Cocientes:12345678
García:5,002,501,671,251,000,830,710,63
Pérez:3,001,501,000,750,600,500,430,38
Yo1,000,500,330,250,200,170,140,13

Por último, un triple empate y solo quedan 2 pasteles... ¿me quedaré sin pastel?

Cocientes:12345678
García:5,002,501,671,251,000,830,710,63
Pérez:3,001,501,000,750,600,500,430,38
Yo1,000,500,330,250,200,170,140,13


¡Ahora sé por qué los malvados García usan la Ley d'Hondt en todas sus fiestas! No es por la emoción que proporcionan a la hora de repartir el pastel, no... ¡es porque les toca más a ellos!

martes, 20 de mayo de 2014

Pequeño análisis de la propaganda electoral (II)

Continúo mi análisis de la propaganda electoral recibida en el buzón analizando lo que he recibido esta semana: Izquierda Unida (recibido el fin de semana, probablemente el viernes) y UPyD (recibido ayer u hoy... ¡como veis, no miro el buzón muy a menudo!).

Izquierda Unida (IU)

El mensaje de Izquierda Unida es breve y, ante todo, agresivo. Busca un culpable de que "la mayoría" estemos "pagando injustamente la crisis". Curiosamente releí el domingo un artículo sobre las elecciones cingalesas en los 80 que decía algo que se puede aplicar aquí: cuando hablamos de nuestras intenciones, somos lajja (equilibrados, moderados, pacíficos); cuando hablamos del adversario somos fieros. Pues bien, la publicidad de IU se mueve entre los dos polos: 1a- Nosotros: somos los paganos de la crisis. 1b- Ellos: nos han quitado nuestros derechos  2a- Ellos: tienen cuentas en suiza, han vivido por encima de sus posibilidades. 2b- Nosotros: luchamos por un país diferente. El párrafo tercero enlaza con el primero recordando que los derechos no eran concesiones, sino conquistas. "Es la hora".
Se parece al del PSOE en que no hay un programa claro, solo unas intenciones, aunque más concretas que en el partido socialdemócrata.

No se me da muy bien analizar imágenes, quizá porque soy miope, daltónico y otras cosas que no vienen al caso. Pero me llama la atención que este mensaje "fuerte" contraste con la fotografía que lo acompaña, en que los dos candidatos principales tienen una pose amable y sonriente, él con una americana informal y chaqueta desabotonada y ella con un fular y una camiseta de punto. La otra cara de la tarjeta de propaganda, que no reproduzco aquí, muestra a los 7 candidatos principales, casi todos con vestimenta informal, apoyando el lema "El poder de la gente" (esto, quizá, explica que su carta sea la única sin firma), que visualmente se traduce en una imagen en que se "hace piña" alrededor del candidato para mostrar que es un partido más o menos plural. Se echa de menos que se indique en esta carilla (en la otra sí se hace) si los candidatos proceden de IU o de los Verdes.

Unión, Progreso y Democracia (UPyD)

Carta UPYD
Continuamos con UPyD, un partido que tiene mis simpatías en algunos temas y me horroriza en otros. El mensaje del candidato se centra en presentar al partido como digno de confianza del votante (se dedica a ello los cuatro primeros párrafos) y posteriormente se presenta un programa más desarrollado que el de IU: aunque sigue siendo una declaración de intenciones, es un poquito más concreta. "superar la brecha entre una Europa de acreedores y otra de deudores" (en el texto se llama "solidaridad," pero según como se entienda podría ser democracia orgánica revisitada), acabar con los paraísos fiscales, asegurar los derechos de los trabajadores y planes de empleo para jóvenes y mayores, mejorar servicios, atender a situaciones de pobreza y precariedad asegurando suministros básicos, aprovechar recursos naturales. Una declaración que puede parecer un tanto naïf, toda vez que algunos de los derechos que propone van contra la constitución europea (la "carta otorgada" del Tratado de Lisboa limita la inversión pública en servicios que puedan ser prestados por empresas privadas) o no pueden ser regulados desde el ámbito europeo (como el de asegurar suministros).

La carta de UPyD es la más densa de los que he analizado hasta ahora. No la más extensa, porque creo que la del PP la superaba, pero esta contaba con el hecho de que, al estar dividido en dos mensajes de personalidades distintas, incurría en reiteraciones inevitables. Desde un punto de vista, esta densidad de la prosa de Sosa Wagner (casi tan densa como la de los artículos de este blog) puede aburrir al lector impidiendo la "comunicación". Desde otro punto de vista, muestra al lector el respeto que se merece, enviándole un mensaje reflexivo en un tono altamente formalizado.

El mensaje visual muestra al candidato apoyado en el hombro de la presidenta del partido, metáfora visual de su mensaje: "la unión hace la fuerza".

Por cierto, de todas las cartas que me han llegado, la de UPyD es la única que no poseía mis datos censales, sino que fue enviado al "elector" residente en mi dirección (lo que supone un gasto para el erario público: no todos los edificios están habitados por "electores" posibles). Sabía que se denegó el acceso a las direcciones postales del censo a los partidos pequeños en cierto momento, pero esperaba que aquellos que habían conseguido algún escaño pudieran contar con esa información...

Y ahora os dejo, que tengo que volver a estudiar mi examen de Antropología Política.

jueves, 15 de mayo de 2014

Pequeño análisis de la propaganda electoral...

A mi casa han llegado a lo largo de la tarde de ayer los envíos de propaganda electoral de PSOE y PP (a casa de mis padres ha llegado la de un tercer partido, pero no he estado pronto para hacerme con ellos). Es una buena ocasión para analizar (no sé si antropológicamente, lingüísticamente o simplemente desde el sentido común) los mensajes que los partidos envían al ciudadano, porque es un espejo de lo que empresas de mercadotecnia, partidos y sociedad española en general piensan sobre el españolito medio y su capacidad de movilización de cara a estas elecciones.

1. Ausencias importantes.

Del mismo modo que algunas antorchas en el entierro de César, en la carta del PP el nombre del candidato a a presidente de la comisión europea brilla por su ausencia. Y en la del PSOE cuesta encontrarlo y, desde luego, no aparece ninguna nota que explique su trayectoria. Es curioso, porque muchas de las decisiones europeas se quedan en la comisión y no llegan a pasar al Parlamento. Por ejemplo, según un documental que circula por la red (La mentira de las bombillas de bajo consumo en RTVE.es), la decisión de acabar con las bombillas convencionales, así como las cantidades límite de mercurio a incluir en las mismas, fueron aprobadas sin supervisión del parlamento europeo, a nivel de Comisión.  Así que, ya que por esta vez parece que se elegirá al Comisario Europeo que decida el grupo más votado (y no por arreglos políticos, compadreo, negociaciones sobre la nacionalidad del comisario, pactos Cánovas-Sagasta u otros arreglos revestidos de dudosa legitimidad democrática), sería un detalle que apareciera el nombre del candidato.
Mensaje del candidato del PP

Mansaje del presidente del PP

Mensaje de la candidata del PSOE
Otra ausencia importante es el programa electoral (¿El pro... qué?). Esa ausencia tiene un origen más difíciil de comprender para quienes no conozcan el márketing. Las cosas no se anuncian por lo que son, sino por las emociones que suscitan (algo que los literatos llamaríamos su lírica, pero que teóricos como  Christian Salmon llaman storytelling, traducible como "narración" o simplemente "mentira"). Para anunciar un café instantáneo, no podemos decir que se prepara en segundos (bueno, parece que desde hace unos años sí se puede), sino que nos lleva a un mundo mágico y extraordinario donde un pescador se enfrenta a un mundo hostil gracias a su taza de café caliente. Del mismo modo, bancos y compañías energéticas se anuncian con cualidades a menudo en las antípodas de su producto real. Así que no es de extrañar que, en lugar de programa, el PP proponga "seguir en la buena dirección", sin decir cuál es esa dirección ni por qué es buena: "Está en juego seguir avanzando o volver a la crisis", "el Partido Popular [tiene] la capacidad necesaria para [...] seguir construyendo la Europa próspera y solidaria (!) que queremos y defender tus intereses". Por su parte, el PSOE propone "un renacimiento del europeísmo [...] Recuperar la Europa con rostro humano a la que siempre hemos deseado pertenecer", sin indicar qué se propone para recuperar ese rostro humano.

2. El miedo a la abstención

Una de las principales diferencias entre los dos mensajes electorales es la importante presencia del miedo a la abstención en el mensaje del PP. Gran parte de la misiva (casi todo el espacio que firma Mariano Rajoy, y los primeros dos párrafos firmados por Miguel Arias Cañete) reflejan ese miedo. Más que a votar al PP, se anima al elector a votar ("Las decisiones que se adoptan en la UE tienen cada vez más incidencia en nuestra vida diaria", Cañete; "Más del 80% de las decisiones que se toman en Bruselas tienen impacto en nuestras vidas", Rajoy), y a procurar que el partido votado sea grande ("Hacen falta proyectos sólidos, sustentados por partidos fuertes", Cañete; "Sólo partidos grandes como el Partido Popular tienen capacidad para influir en la UE", Rajoy). Dejando aparte lo absurdo de algunos planteamientos (por ejemplo, lo importante no es cuántas de las decisiones que se toman en Bruselas afectan a España, puesto que casi todas deberían afectarnos; lo importante es cuánto de la legislación española está forzado por decisiones europeas), se hace evidente el miedo a que el electorado no vote.



3. El rostro humano

El mensaje del PSOE es en esto diferente, dejando el miedo a la abstención para un pequeño párrafo al final del texto. Se centra en atribuir a los partidos de derechas la deriva europea hacia el neoliberalismo, olvidando que dicha deriva es anterior a las últimas elecciones al parlamento europeo y procede al menos de la penúltima legislatura, si no de antes. Al fin y al cabo, ¿no fueron ambos grupos parlamentarios europeos los que eligieron a Durao Barroso presidente de la comisión? ¿No fueron ambos los que elevaron a presidente del Banco Central Europeo a quien, al elevar los tipos intentando evitar una inflación brutal, causó la ruina de tantas y tantas familias y pequeñas y medianas empresas? En fin, que el PSOE se ampara en el viejo truco de atribuir las culpas al otro ("o gobierna la derecha y los poderes financieros, o gobierna la izquierda para devolver Europa a los ciudadanos"), en un juego de enfrentamiento a dos bandas al que se ha acostumbrado al españolito. Aunque ha desaparecido la referencia a la necesidad de elegir un partido grande, ni siquiera se menciona la posibilidad de no hacerlo, con una arrogancia más sutil que la empleada por el PP, pero no por ello menos orgullosa.


martes, 6 de mayo de 2014

García Márquez y su pesimismo mágico

El día que le iban a matar, Santiago Nasarre soñó con pájaros. Durante el fin de semana los gallinazos se metieron por los balcones de la casa presidencial, destrozaron a picotazos las mallas de alambre de las ventanas y removieron con sus alas el tiempo estancado en el interior. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. Frente al pelotón de fusilamiento, el coronel destapó el tarro del café y comprobó que no había más de una cucharadita. Las campanas de gloria que anunciaron al mundo la buena nueva de que el tiempo incontable de la eternidad había por fin terminado. El coronel necesitó setenta y cinco años —los setenta y cinco años de su vida, minuto a minuto— para llegar a ese instante, porque las estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra.

(Inicialmente pensé en imitar a Márquez como homenaje, pero no me decidía entre "Crónica de una muerte anunciada" y "Cien años de soledad". Al final, decidí hacer una "ensalada" de sus obras, añadiendo una tercera. El curioso lector podrá averiguar cuál con un poco de paciencia y la ayuda de Google).

Pesimismos/1

Cada vez tardo más en hacer la mitad de cosas.

martes, 22 de abril de 2014

Moussaka a mi manera...

Aunque la semana pasada mencioné a mis amigos la bechamel como una de mis frustraciones personales, hoy vi en el supermercado unas berenjenas y no pude resistirme a comprar una para hacerla al gratén siguiendo una receta de Vázquez Montalbán. Pero como no me apetecía ponerme a vaciarla, decidí intentar la misma receta pero con forma de moussaka.

Al final, fallaron un par de ingredientes que pensaba que tenía en el congelador, así que añadí un poco de inventiva...

Ingredientes

Para 2 personas con poca hambre, o la cena de un solterón para dos días...


  • 1 berenjena.
  • 2 puñados de sal.
  • 3 tazas (600 ml) de leche.
  • 5 cucharadas soperas de harina (aproximadamente, la volqué directamente del bote con un colador).
  • 75 gramos de jamón.
  • 1 cucharada de café, colmada, de queso crema.
  • 4 lonchas de queso para fundir (o lo necesario para cubrir la fuente de horno).

Elaboración

  1. Cortar la berenjena en lonchas a lo largo y depositarlas en un escurridor de pasta, cubriéndolas con sal (no sé muy bien para qué vale esto, pero Pepe Carvalho lo hacía).
  2. Preparar la bechamel. Circulan por ahí varios trucos para conseguir una bechamel sin grumos: que si preparar un barrillo espeso en un vaso, como si fuera cola-cao, que si calentar primero la leche... Personalmente he comprobado que todos los trucos funcionan la primera vez que se usan, pero luego no valen de nada. Así que mi consejo es el que os daría Microsoft: Si queréis ejecutar Windows, compráos un ordenador nuevo y si queréis que la bechamel no tenga grumos, compráos la Thermomix. Pero, por si acaso, he comenzado por calentar la leche 1 minuto en el microondas.
  3. Mientras tanto, ponemos a fuego medio una sartén con aceite (soy poco partidario de la mantequilla, y hago la bechamel con aceite, aunque eso le dé un color raro. Tampoco le echo nuez moscada ni pimienta). Añadimos harina tamizada y, cuando esté tostada, vertemos sobre ella la leche previamente calentada, removiendo pacientemente.
  4. Cuando está más o menos fluida, añadimos una cucharada colmada de queso crema (en mi caso usé el bajo en grasas de marca blanca, que tenía menos grasa que el Philadelphia light aunque no sea tan rico).
  5. Finalmente, añadimos a la bechamel 75 gramos (un blister de una caja de dos blisters) de jamón en tacos.
  6. Seguimos removiendo hasta que la bechamel comience a burbujear y hacer "chup, chup", lo que nos indicará que está espesando. Cuando tenga el punto que nos interesa (en este caso no demasiado densa), comenzaremos a montar la moussaka.
  7. Ponemos nuestra berenjena loncheada en una fuente de horno, haciendo pisos que vamos recubriendo con bechamel. En mi caso, me quedé corto con 1 vaso y pico de leche, así que tuve que hacer otro tanto más (por eso los tres vasos que indico en los ingredientes).
  8. Cubrimos con queso en lonchas.
  9. Metemos al horno, precalentado a 200 °C, durante 45 minutos (no puedo aseguraros que lo metiera ese tiempo, pues mi reloj de cocina no suena).
  10. ¡A comer!