viernes, 20 de diciembre de 2013

Microcuento enlatado: enigma

El microcuento enlatado de hoy es de la misma serie que los publicados desde el 10 de diciembre. Sin embargo, no tengo muy claro su contenido. La escritura en el metro es lo que tiene, que a veces es imposible comprender lo que uno escribió, especialmente si pasan varios meses.

Puede ser una de estas dos opciones:

  • Doblados los codos sobre el mostrador, prenda, todos tenemos un precio.
  • Doblados los codos sobre el mostrador piensa: «todos tenemos un precio».

En el primer caso, el microcuento debería continuar sugiriendo que quien habla es una prenda de ropa, en el segundo quizá sea un esclavista o un proxeneta. ¿Qué os parecería mejor?

jueves, 19 de diciembre de 2013

Microcuento enlatado: contemplar un cuadro.

Cuando se hubo aburrido de contemplar aquel cuadro, pasó a la siguiente línea del cuaderno.

(2012-2013, quizá publicado antes en mi twitter).

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Microcuento enlatado: desasirse.

Entonces se suelta de su mano y se va y sabe qe nunca volverá a verla.

(2012-2013, quizá publicado antes en mi twitter).

martes, 17 de diciembre de 2013

A falta de fideos, hago una sopa de macarrones. Al soplar la cuchara, oigo un silbido.

Microcuento enlatado. lo sabe.

—¿Recuerda dónde se encontraba el 15 de julio, entre las cinco y las siete?

—Claro que lo recuerdo —sonríe, mientras un cosquilleo familiar recorre sus venas.

(2012-2013, quizá ya publicado en mi twitter; retocado el 9/12/2013).

lunes, 16 de diciembre de 2013

Microcuento enlatado: Estilística de los tiempos verbales.

Si digo que España es una mierda, unos lo entenderéis como un presente histórico, reflejo del pasado, y otros como actualidad que el futuro se encargará de corregir. Entre unos y otros conseguiréis que sea un presente gnómico.

(2012-2013, muy retocado el 9/12/2013)

domingo, 15 de diciembre de 2013

El silencio

Que el otro día yo pudiera escuchar con nitidez, a un kilómetro de distancia, el himno de la Champions que sonaba en el Calderón no se debía tanto a los excesos decibélicos de la instalación (que también), como al hecho de que estuviera atravesando una calle totalmente desierta, descampado a un lado y talleres cerrados al otro. Que pueda oír ahora, a dos kilómetros de distancia, las ovaciones del estadio desde mi casa se debe, igualmente, al práctico silencio que reina en mi casa, turbado solo por el rumor del frigorífico y el mecánico sonido de las teclas aporreadas por mis dedos. Sospecho que hoy los vecinos no están en casa (quizá han ido al estadio), porque, de lo contrario, lo que estaría oyendo serían sus imprecaciones hacia el árbitro, el entrenador y, por supuesto, los jugadores.

¡Qué lejos llega el sonido cuando otro mayor no se interpone en su camino!

Microcuento enlatado. homeopatía.

Cuando los clientes comenzaban a tolerar el garrafón, el barman empezó a servir licor del bueno para intoxicarlos

(2012-2013, quizá ya publicado en mi twitter)

sábado, 14 de diciembre de 2013

Microcuento enlatado: ¿Sorpresa?

Con una mueca de espanto recibe la noticia. Era de esperar. Humildemente resignado, jura su cargo ante las cortes.

(2012-2013, quizá ya publicado en mi twitter)

viernes, 13 de diciembre de 2013

Microcuento enlatado. Huída

Corren. Se rozan con las ramas, se arañan con las zarzas, tropiezan en las piedras. No paran hasta salir del bosque, cruzar los campos y llegar, por fin, a la ciudad. Allí pasean entre la población y, finalmente, son quemados.

(2012-2013, quizá ya publicado en mi twitter)

jueves, 12 de diciembre de 2013

Microcuento enlatado: Espejos infinitos

Si yo me viera al otro lado del espejo, probablemente diría: «¡Qué careto tiene el tipo que mira el espejo!» Y probablemente él pensaría lo mismo al verme aquí, al otro lado del espejo.

(2012-2013)

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Microcuento enlatado. Arrancar.

Un hombre sube a un coche, se pone el cinturón, gira la llave y arranca.

El coche arranca un hombre

(2012-2013, quizá ya publicado en mi twitter)

lunes, 9 de diciembre de 2013

¿Reality show sobre escritores?

Ayer pasé la tarde con mis padres y por ello pude leer en un ejemplar de La Razón (el infame periódico que leen) acerca de un reality show sobre escritores que, según parece, está triunfando en la Rai 3 italiana. Vaya por delante que he obtenido la información en una fuente no fiable y que no la he contrastado en ningún otro medio, pero me sorprende la idea y, sobre todo, me causa una profunda duda.

¿Sería capaz de abandonar mi relativa obsesión de privacidad (esa manía que me impide publicar fotos propias en este sitio) a cambio de conseguir la oportunidad de que alguien publicase un manuscrito mío?

¿Sobreviviría yo a un reality de escritores sin gritarle a la gramática pedorra (seguro que elijen a la de OT): «¡Imbécil! Según Andrés Bello, Lázaro Carreter y el resto de académicos, la uve y la be se pronuncian igual!»

Por lo pronto, pasé las últimas horas antes de acostarme componiendo en la cabeza un texto metaliterario y meta-certaminístico (por decirlo de alguna manera) convencido de que sería el que más opciones de triunfo tendría. Al fin y al cabo, los profesores de lengua y aspirantes a escritores somos tan pedorros como la antecitada gramática. ¿El texto? Para vuestra fortuna, decidí no escribirlo y el tiempo, crítico certero, lo ha hecho volar. ¡Quien sabe si alguna vez lo echaré en falta!

Microcuento enlatado: el frío

Si de repente la metieran en un bar repleto de gente, en un hospicio con mantas y estufas, volvería la sangre a fluir por su cuerpo y un escalofrío recorrería su espalda. Notaría cristales en las puntas de los dedos y se volvería a coagular el sucio moco en sus heladas narices. Por eso piensa que quizá sea mejor quedarse así, quieta, ahora que ya está a punto de no sentir el frío.

(1/12/2012, directamente en blogger)

domingo, 8 de diciembre de 2013

Microcuento enlatado: salir de dudas.

Cerró tras sí la puerta y, de repente, dudó: ¿habría dejado el gas abierto?
una explosión le sacó de sus dudas.
(11/9/5)

sábado, 7 de diciembre de 2013

Enlatado: Dar y tomar

Si tú pasas hambre, hermano, me aprieto el cinturón. Si tú no tienes nada, hermano, ven y toma de lo mío. Si vas a caerte, hermano, agárrame del brazo.
Pero si usted se alza, señor, no me pida que lo aúpe. Si a usted le sobra todo, señor, no me quite lo mío. Si usted vive en el lujo, señor, no me pida sacrificios.
(11/9/5)

viernes, 6 de diciembre de 2013

jueves, 5 de diciembre de 2013

Microcuento enlatado: Tres tristes tigres...

Hartos de tomar trigo, los tres tristes tigres acechaban a las espigadoras entre los rastrojos del trigal.
(hacia 9/9/13)

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Todos tenemos derechos

Todos tenemos derechos.
Hasta los hijos de puta los tienen
(por eso está mal visto que los cuelguen de un árbol):
todos tienen derechos, sí,
hasta los torcidos.

Y es más, en este jodido mundo
es más fácil tener derechos si eres un gran
un enorme
un gigantesco
un magnífico hijo de la gran puta.

Todos tenemos derechos, sí,
hasta los honrados,
pero esos tienen que gritar
para defenderlos
tienen que agitar la mano,
tienen que removerse
para que alguien
(después de enseñado el talonario)
vaya y compruebe en el gran libro
y vea que fulano
hijo de mengánez, domiciliado en tal sitio
es también ciudadano, y que quizá
tenga derecho a no ser pisoteado.
(Pero ¿y la razón que asiste
al pie del elefante para pisar a la hormiga?
¿y la blanda moqueta de humildes
que debe alfombrar el paso del gran hombre?
¿Acaso no merece, por su rango,
este gran,
enorme,
gigantesco y
magnífico
hijo de puta
un callo donde descansen sus tacones?
¿Es que nadie va a permitirle
que escupa un poquito,
aunque sea solo por un rato,
a la cara del honrado súbdito?)

Todos tenemos derechos, sí,
hasta los torcidos.
Pero estos los disfrutan con más gusto.

Cuando llegue el ejército rojo...

Cuando llegue el ejército rojo
fusilaremos comerciales telefónicos,
saquearemos el hogar del esclavista,
vestiremos con su ropa a los modistos
por fin expuestos a pública vergüenza.

Cuando llegue el ejército rojo
liberaremos a los cerdos encerrados,
nos comeremos tu hígado trufado,
nos haremos zapatos con el gato.

Cuando llegue el ejército rojo
sacaremos lo peor de nosotros:
daremos rienda suelta a los instintos
y moriremos creyendo en la victoria.

Mientras tanto, agachada la cabeza,
llenamos la barriga,
balamos humildes
y rumiamos nuestro odio.

Microcuento enlatado: Retirar el saludo

Aunque no me saludes, no te creas que he de tener la desvergüenza de hacer como si te conociera.
(hacia 9/9/13)

lunes, 2 de diciembre de 2013

domingo, 1 de diciembre de 2013

Microcuento enlatado: Por la senda...

Todos los músicos llevaban trompa, incluso aquellos a quienes habían encargado tocar el saxofón.
(hacia 9/9/13)