miércoles, 2 de noviembre de 2005

Mi casa ideal está en... ¡Carabanchel!

Creo que he visto mi casa ideal. Es un piso pequeño, de unos 44 metros útiles, pero tiene una habitación en la que cabe una cama de matrimonio con sus mesillas (esto no es habitual) y además con ventana a la calle, un salón que también tiene ventana, una cocina más o menos idependiente, plaza de garaje y trastero.
Tiene el metro cerca (con conexión a Renfe a pocas paradas, sin necesidad de transbordo) y está próximo a una calle comercial.

¿La única pega?
Que está en Carabanchel.

Cuando le dices a alguien que te vas a Carabanchel, le suena raro. Para muchos, Carabanchel es ese barrio donde transcurre la acción de Manolito Gafotas y que es sólo ligeramente superior a Vallecas. Bueno, yo tampoco conocía el barrio (mi única referencia eran una novia que tuvo mi hermano y la plaza de toros de Vista Alegre), pero *realmente* estuve a punto de crecer allí. Entonces, a mi abuela se le quedó libre un piso de 180 metros que alquilaba en el barrio más caro de Madrid (para que os hagáis una idea, la familia del que era entonces Jefe de Estado vivía en ese barrio), y decidió arrendárselo por cuatro duros a mi madre. Bien por mi abuela.

Aunque al final no viví en Carabanchel, no le hago ascos a la idea. Mejor en Carabanchel, un barrio que, aunque obrero, tiene ya servicios, que en uno de esos barrios de ensanche a los que va la gente que no quiere ir a Carabanchel. No tengo nada en contra de que la gente se vaya a esos barrios (y tengo algún conocido que ha comprado casa allí), pero sí en contra de quienes, tras comprar un piso relativamente barato en una zona que no se asocia a la clase trabajadora, exige después equipamientos en ella.

Digo esto porque un amiguete me insiste en que me vaya a las Rosas, que no deja de ser el ensanche de las Musas (otra zona obrera). ¿Su argumento? Que Carabanchel es una zona de pobres, y que las Rosas "estará bien comunicada dentro de un par de años". Claro, también el ensanche de Carabanchel, o el de Vallecas, o el mismo Sanchinarro lo estarán. Pero decidme: ¿no estáis cayendo en la trampa que os ponen las constructoras para aumentar la superficie edificada de Madrid, cuando ya hay edificios suficientes para todos?

Y quiera Dios que no conozca a una chica y me compre un adosado en Humanes u otro lugar lejano.

1 comentario:

juank sinclair fantoba dijo...

Chico, al final, después de todo, lo único que importa es conseguir un hogar. Y sí, Carabanchel suena raro, pero más raro sonaba en su día Chamartín y mira.