sábado, 11 de diciembre de 2004

La navidad me estresa

Ayer leí el final del "Diario de Bridget Jones", que se centra en la navidad. Coincido con Bridget en el hecho de considerar la navidad como una época estresante (a pesar de lo que diga en otros posts). Todos pensamos en lo mucho que vamos a descansar tómándonos unos días (en mi caso, tres semanas, je, je) pero luego esos días los ocupamos en todo tipo de actividades agobiantes.

En primer lugar, las compras. La temporada entre noviembre y enero es para mí la época de compra de regalos: debo buscar regalos para mi padre, mi hermana y mi madre, cuyos cumpleaños se celebran entre el 1 de noviembre y el 15 de diciembre, y además los regalos de navidad. En algunos casos, no supone un gran esfuerzo, pero en otros (mi padre) pensar en dos regalos distintos es muy difícil. Además, en esta época Madrid se llena de gente (¡y encima el ayuntamiento lo promociona!). Y no Madrid, así, en general, sino la zona de tiendas que tengo más cerca: Sol (en mi barrio hay dos panaderías, una pastelería, un par de papelerías, una boutique-con-cita-previa, y ¡gracias, Dios mío! una copistería) .
Ir a comprar algo a Sol en navidades es una locura, así que queda ir a la zona de Serrano, también llena de gente, pero, al menos, transitable. Una buena opción es ir a Nuevos Ministerios o Cuatro Caminos. Eso sí, hay que contar que los transportes públicos de vuelta estarán llenos de gente que intenta ir a Sol.

Por si las compras no supusieran suficiente estrés, mi madre se empeña en que vaya al médico a ver qué pasó de un problema que tuve en el ojo (una luz apareció durante quince días en mi ojo izquierdo; ese es el problema personal del que hablaba aquí). Se trata del típico caso que, comentado entre cuarentones en la sala de profesores, supone un diagnóstico inmediato: desprendimiento de retina. Pero, como no soy dado a comentar mis problemas de salud en la sala de profesores —es curioso: cuando me puse el "holter" (grabadora cardiaca) , sólo me preguntaron por ello mis alumnos, y les dí una respuesta tranquilizadora—, yo me limité a pedir cita (quince días, más la semana santa, es decir, veintiún días) a mi oculista y mirar (usando sólo el ojo sano) la página web de la asociación americana contra la ceguera, en la que comprobé que no tenía un síntoma de degeneración macular ni de nada parecido.
Mi oculista me examinó y sólo vio un "nebus", un lunar, y me pidió que me hiciera una fotografía con contraste. También me preguntó si me habían salido lunares nuevos (¿quién leches se acuerda de todos los lunares de su cuerpo?), lo que me hizo preocupar: ¿quizá tenía un cáncer de piel?
Después de hacerme la fotografía con contraste (lo que fue divertido: dí las clases de aquel día con la cara de color verde), me confirmaron que tenía sólo un nebus, y me dijeron que quizá debería hacerme una prueba de campo visual (que todavía no me he hecho). El caso es que tengo un primo oculista, y mi madre se empeñó en que él me diera una segunda opinión. Después de unas fotografías sin contraste pero en color y una ecografía del globo ocular (esto último no se lo recomiendo a nadie: es como ponerse un pedazo de hielo sobre el párpado), me dijo que tenía una hemorragia interna, no un nebus, y que seguramente se habría reabsorbido ya. Pero que me convendría hacerme una resonancia y otra fotografía con un contraste distinto.
Después de haber perdido ya un día de trabajo para una prueba, no me apetecía perder más días para otra versión de la misma prueba, y mucho menos hacerme una resonancia, con todo el coste que ello implica (no para mí, pero sí para la compañía). Así que lo dejé pasar... y, como no me hice esas pruebas en verano, mi madre se empeña en que me las haga ahora que vuelvo a tener vacaciones.

La tercera fuente de estrés es la planificación de un viaje en navidades. Un familiar (pero no el oculista) me llamó hace un mes proponiéndome ir de viaje a alguna parte del mundo en navidades. Yo le dije que sí (entonces mi madre todavía no había mencionado lo del oculista). Vi a mi familiar en la quedada en Zaragoza de la semana pasada, y le comenté lo del oculista. No pareció preocuparle mucho (debe de ser de esos que piensan que el médico te da hora para cuando te conviene a tí, no para cuando puede). Me vuelve a llamar ayer preguntándome por la posibilidad de hacer un viaje organizado (eso supone que no podré quedar con nadie) a México (se sale de mi presupuesto sólo por 20 euros), y luego me pregunta a qué hora comienzo a trabajar tras las vacaciones. Rayos. "A las ocho y media", le contesto, "en Getafe" (es decir, no en la terminal internacional de Barajas). Él dice: "Bueno, pues... si cogemos uno que vuelva a las seis y media, vale ¿no?" Yo le menciono la existencia del jet-lag. "Vas a trabajar de empalmada, y ya está". Sí, pero (dejando aparte el hecho de que en un trabajo intelectual hay que pensar), los niños volverán con ganas de comentarle sus vacaciones a sus amiguitos, y eso supondrá mucho jaleo. "Mejor, así no te duermes". Olvidé mencionarle una cuarta objeción: a menudo, los vuelos en época festiva tienen over-booking, o sufren huelgas, o hay demoras. Yo no me puedo permitir volver un día más tarde (no es una razón justificable para no ir a trabajar, y yo sólo puedo faltar alegando una razón justificable o pidiendo un día de asuntos propios —que no se concede a la ligera— con muuuuucha antelación). Señor mío, yo soy un hombre ligado a un horario: a las ocho y media de la mañana del lunes, en tercero be, hay clase de lengua.

Pero contadme: a vosotros, ¿qué es lo que os estresa de estas navidades?


3 comentarios:

enricmartí dijo...

Muchas gracias por invitarme a hablar (vengo de casa de Nightology y su post sobre la masturbación femenina). Verá: he escrito tanto sobre la hipocresía "personal" hacia la navidad que aún me quedan más argumentos. 1.- Les pones un matrimonio de pobres con un bebé dentro de un establo con el único calor del aliento de dos animales y... no lo entienden. La FAO les ayuda: 5 millones de niños mueren de hambre cada año y aquí en Occidente los gordos ya son una patología. Pero nada: que no lo captan. 2.- Los ricos se negaron (ni pagando) a darles posada en una hospedería porque venían de fuera de esa ciudad y los soldados de Herodes buscaban a todos los niños para matarlos porque creían que eran una amenzaza para su poder: y... no lo entienden. La ONU les ayuda: El 45% de los niños del mundo viven entre el sida, la explotación sexual y reclutados para la guerra. Y nada, que no lo entienden. 3.- Mientras la monstruita esa canta eso del "antes diva que morcilla" los villancicos dicen Madre en la puerta hay un niño viene medio en cueros. Y la madre (políticamente incorrecta) le dice anda dile que entre ¡sin pedirle papeles! se calentará, porque en esta tierra ya no hay caridad. Pero los padres no lo entienden. 4.- Es una fiesta de y para los pobres... y esta gente abarrota el Corte Inglés. ¡Ah, pero no crea que critican el agobio de la Navidad por ser una fiesta Instrumentalizada, extirpada del sentido auténtico (Pastores que se enteran y cada uno aporta lo que tiene para que esa gente venida de fuera pueda criar a su hijo en condiciones)que va , que va, le echan la culpa a los pobres, a los solidarios (¿Sólo porque es Navidad hay que sr solidarios?-dicen-), a los utópicos, a los pacifistas (Mi padre tiene una cinta de Simon & Garfunkel que cantan el noche de paz mientras de fondo se oyen las noticias de nochebuena informando de los combates en Vietnam. Dice mi padre que era otra época, que la juventud luchaba por una cosa que se llamaba Ideales -y no son cigarrillos-) y todos se etresan por aquello no lo que no creen pero compran y gastan por un tubo. Y en nochevieja -la leche en polvo- representan la escena del libro Mundo feliz de Huxley, cantando y gritano en circulo mientras se decide cuantos deben morir ese año para que el mundo sea feliz.
Perdone por lo escrito. Se habrá dado cuenta ya ¿No?: sí, soy lo que ellos llaman un terrorista. Antes de que me quiten el chip he querido dejarle este mensaje. Adiós.

•°· NiGHToLoGy ·°• dijo...

A mi me estresais vosotros que no hay forma de localizaros para tomar una caña ¬¬
Desde luego... que poco espíritu navideño
GrrrRrRrr

José Moya dijo...

Germán: se nota que eres joven y todavía tienes ideales. Yo debería sentirme como tú, sí, pero ya he dejado que el capitalismo extienda su veneno a través de mis venas. Te recomiendo encarecidamente que veas la estampa navideña que encontrarás enlazada por mi post sobre devianArt de la semana pasada.

Nightology: Las cañas, cuando y donde quieras, siempre y cuando te sientas capaz de verme sin proferir un grito de espanto y horror. >8)