domingo, 12 de diciembre de 2004

Hoy juego a las cinco...

Aunque no suelo participar, hoy voy a jugar a las cinco preguntas, un juego difundido entre los blogs, hasta tal punto que lo conocí en inglés (¡y creo que en portugués también!) antes de verlo en castellano. El tema de la semana: ¿Qué te diría hoy tu adolescente de ayer�

¿Dónde están los lazos de colores en las zapatillas?
Nunca los ha habido, o quizá no los ví. Debe de ser porque soy daltónico. ^_^
¿Cuanto hace que no sueñas con descubrir un tesoro? La verdad es que últimamente sueño más con una explosión termonuclear que libere al mundo de la especie humana ("¡Pueblos del mundo, extinguíos! ¡Dejad que continúe la evolución!", como decía la canción) que con encontrar el amor, o escribir ese gran libro, o programar el software definitivo. Pero sigo teniendo esperanzas... y lo mejor de todo es que, con esperanzas o sin ellas, descubro tesoros todos los días.
¿De donde has sacado el miedo a que todo cambie? No lo sé, pero me acompaña desde hace mucho, mucho tiempo. Suele relacionarse con los ordenadores. El ZX-Spectrum y el Ensamblador eran para mí el paraíso. Pero llegó la familia Pentium, que se comió al 486 que se había comido al 286 que reemplazó a mi Spectrum tras su fallecimiento. ¿Habéis visto un juego de Mac llamado Dark Castle? Sus gráficos planos en blanco y negro le dan mil vueltas a cualquier gráfico 3D, como Blancanieves le da mil vueltas (en su imagen, no en su guión ^_^ ) a Shreck.
¿Cuando te volviste árbol y echaste raíces? Quizá al llegar a Madrid en 1983, o quizá en 1996, cuando me dí cuenta de que no, no podría soportar vivir en Japón. O quizá dos años más tarde, cuando intenté por última vez conseguir un trabajo fuera de Madrid... Pero, en realidad, aunque no soy viajero, no me siento madrileño, y tampoco me siento de fuera.
¿Cuando dejaste de cantar por la calle, y de saltar en los charcos, y de correr, y de fumar a escondidas y de planear esas escapadas? Sigo caminando con cuidado de no pisar las líneas, sigo saltando en los charcos, sigo pensando que correr en una pista es absurdo, pero que no correr en mitad del monte es impensable. Nunca he cantado por la calle (excepto en las fiestas o veladas alcohólicas en el pueblo), pero sigo tarareando cuando camino, y manifestando mis pensamientos en voz alta (rasgo infantil, según Vigotski).
¿Cuando empezaste a preferir el hotel al cielo raso? No fue aquella vez que, a la vuelta de las fiestas de un pueblo, hube de dormir con un saco malísimo (que no era el mío) en una tienda casi caída en la que resultó que estaban dos amigos míos totalmente ebrios que a la mañana siguiente jurarían que no habían hecho el amor (¡mentirosos!), sino mucho antes, cuando, acampados en uno de los puntos más altos de la Rioja junto a una torre de observación contra incendios, tuve que levantarme en medio de la niebla porque estaba jodido de frío.
¿Donde has dejado la rabia por las injusticias? No me ha abandonado, pero es cierto que hoy me parece injusto lo que ayer me parecía justo, y viceversa. En cualquier caso, se supone que un rasgo del pensamiento adulto es admitir la contradicción, y ese tipo de pensamiento debió de iniciarse en mí hacia los 24 años, en que gracias a mi primer trabajo tuve la crisis de la edad adulta (el libro de psicología del adolescente que estaba empollando en aquella época describía el proceso experimentado por los jóvenes de 19 años en la guerra de Vietnam en términos que me hicieron identificarme con ellos). Sin embargo, creo que hasta los 26 seguí estando de parte de los adolescentes en todos los "juicios" morales.
¿Cuanto hace que no miras si tu desodorante protege la capa de ozono? En mi caso, la espuma de afeitar, que es el espray que más uso (aunque últimamente me he pasado a la brocha). Lo miro de vez en cuando, sí. Y también los componentes del champú, el after-shave, el misterproper....
¿Cuanto hace que pronuncias la frase: no se puede hacer nada? ¿Donde la aprendiste? Hace muchísimo tiempo, puede que antes de entrar en la universidad, quizá incluso antes de acabar el colegio.
¿Cuando te hiciste amiga de las normas los reglamentos? Cuando comencé a jugar a Rol ^_^ Bueno, en realidad, no. Cuando comencé a jugar a Rol con reglas (las del Dungeons and Dragons Básico en la edición de Dalmau Carles Plá, "libro rojo", equivalente a la 2ª edición inglesa) porque todavía recuerdo que se me fueron las ganas de preparar una partida en el opusino club al que acudía uno de mis mejores amigos (¿dónde andarás, Daniel RF?) al pedirme los monitores que llevara las reglas por escrito.
¿Por qué ya cuando cruzas el río no te paras en la mitad del puente y escupes mientras formulas un deseo? Porque nunca lo hice. Porque escupir es antihigiénico (aunque hasta los 16 años lo tuve como método infalible para probar la potabilidad del agua). Pero es cierto: incluso pasados los veinte años, sin esperanza ninguna, todavía formulaba deseos al romper los tronquitos de girasol que encontraba en las bolsas de pipas. Y creo que todavía los formulo al ver estrellas fugaces.

Y ahora, para acabar con el test de adolescencia, debería ir al political compass y comprobar que ya no soy un liberal de izquierda, como hace dos años, sino un autoritario de derecha. Pero, la verdad, me da miedo que me lo digan.

2 comentarios:

•°· NiGHToLoGy ·°• dijo...

Has estado viviendo en Japón? :O ya sé a quien llevarme cuando me vaya de viaje :)
Por cierto un mail? msn? lo de comunicarse por post es un poco lento xD
Beso

José Moya dijo...

No, no he vivido en japón. Me postulé para un trabajo allí, pero se me fueron las ganas durante la entrevista.

Mi dirección de correo, que coincide con mi messenger de msn, está en la esquina superior izquierda (cambia el signo de copyright por el de la arroba). ¿Tu messenger es el de la dirección de gmail que sale en un comentario que le dejaste a Germán?